Por Jesús Michel Narváez
Un jefe de estado debe saber dirigirse a sus gobernados y no utilizar el lenguaje ofensivo que todo mundo conoce, aunque se pretenda disfrazar.
Andrés Manuel López Obrador tiene por costumbre expresar: “¡Ténganla!…” “¡Tómenla!…” Sólo falta el dedo cordial para que se identifique plenamente el recuerdo maternal.
El presidente de México es muy dado a utilizar un lenguaje que no corresponde a un jefe de estado y lo hace cada vez que las críticas le calan y son muchas.
Hace un par de días acudió a Oaxaca en donde el clima era sumamente caluroso. A petición de quién sabe quién le fue tomada la temperatura y según sus propias palabras el termómetro marcó 35.5 grados centígrados y presumió de inmediato su excelente salud y lanzó el “!ténganla!”, como una expresión de triunfo en contra de quienes les pasó por la mente qué podría infectarse del Covid-19.
Son muchas las ocasiones en las que el presidente de la república, lo mismo desde el púlpito de Palacio Nacional que en sus discursos o diálogo con los periodistas muestra la carencia del lenguaje de un jefe de estado.
No sé si a Donald Trump le mostraría el dedo cordial, pero estoy seguro que de hacerlo recibiría la respuesta adecuada y que no es otra qué exhibirlo por su pobreza de lenguaje y por las ofensas qué provoca con el uso del mismo.
Probablemente, por considerarse qué es un líder popular y populista, haya aprendido albures y palabras cuyo significado representa una falta de respeto hacia quién los dirige.
El disfruta de sus chistoretes que a nadie hacen reír.
Porque está obsesionado con acabar con la investidura presidencial. Sólo así se explicaría su presencia en
Badiraguato y su mensaje en la conferencia virtual del G20. Pierde la oportunidad de mostrarse como un estadista y gana el rechazo de los que alguna manera puede ser llamado sus homólogos.
Insistir en descalificar a quienes no piensan como él y lo critican y culminar su agresión con sus irrespetuosas frases hacen suponer que el presidente de la República no está tan sano como presume.