En plena emergencia, Gobierno federal abandona a CENDIS

Las secretarías de Educación Pública, así como la de Hacienda, a la par de ir avanzando en la regularización de estos centros educativos, se habían comprometido a gestionar de manera pronta y económica una solución al pago del primer trimestre de este año, esto para dar cumplimento a un mandato presidencial, advirtió María Guadalupe Rodríguez Martínez, coordinadora nacional de los Centros de Desarrollo Infantil (Cendis).
La también legisladora por Nuevo León advirtió que ha faltado voluntad para ello, tanto para el pago del primer trimestre, como para el avance de la regularización, dejando así a miles de trabajadoras en el abandono, en la incertidumbre, en plena crisis sanitaria, sin ninguna otra opción de ingreso.
Falta de voluntad, porque la indicación presidencial está precisa en uno de los 100 compromisos del Presidente de México desde el día 1 de diciembre en su toma de Protesta en el mensaje dirigido al pueblo de México en el Zócalo capitalino, sin embargo en la Cuarta Transformación pareciera siguen existiendo practicas dañinas o simples incapacidades de sus funcionarios de alto nivel en la Secretaría de Educación a cargo de Esteban Moctezuma.
Por ello, hacemos un llamado enérgico a los legisladores federales y locales de los estados donde se encuentran estas instituciones educativas para hacer frente común por las y los trabajadores, por las niñas y los niños, por la educación. Hoy más que nunca hagamos patente la solidaridad, expresó la profesora Rodríguez Martínez.
Cabe recordar que desde hace 29 años, en que abrieron sus puertas los Centros de Desarrollo Infantil (CENDIS), han demostrado, a la fecha, ser un modelo de excelencia, que lamentablemente, los gobernantes en turno, se resisten a reconocer el profesionalismo y sentido humano, de cientos de trabajadores que atienden a poco más de 25 mil niños y niñas en todo el país.
Una sola visita, a alguno de los 80 CENDIS que existen en 15 entidades federativas, serviría para cambiar esa indiferencia y falta de voluntad de las autoridades hacia el servicio y calidad humana con la que se atiende a niños y niñas, y cuyos padres no cuentan con los recursos económicos, para cubrir sus necesidades más elementales, educación y alimentos.