La Federación Nacional de Órdenes de Profesión de Enfermería (FNOPI) de Italia expresó su dolor y consternación por el suicidio de una enfermera que recientemente trabajó en una sala con pacientes de COVID-19.
Se llamaba Daniela Trezzi, de 34 años de edad, asignada a los cuidados intensivos del hospital San Gerardo de Monza, uno de los principales frentes italianos de la pandemia del coronavirus.
El FNOPI afirmó que la enfermera Daniela Trezzi se encontraba en cuarentena con síntomas de COVID-19. Sus colegas cercanos informaron que ella experimentaba mucho estrés por miedo a infectar a otros.
“Cada uno de nosotros ha elegido esta profesión para bien y, desafortunadamente, también para mal: somos enfermeras”, dijo la organización en un comunicado.
Indicó que este terrible episodio, desafortunadamente, no es el primero desde el comienzo de la emergencia COVID-19.
Un caso similar había ocurrido hace una semana en Venecia, donde una enfermera. de 49 años de edad, se suicidó arrojándose en el Río Piave, en Cortellazzo, debido al estrés de estar infectada de coronavirus.
“La condición y el estrés al que están sometidos nuestros profesionales está bajo los ojos de todos, de esto y de lo que hubiera sido posible hacer en tiempos insospechados, y que ahora creemos que no solo es lógico y necesario, sino que es indispensable hacerlo, hablaremos nuevamente cuando el la emergencia termine”, señaló la FNOPI.
El gerente general de San Gerardo, Mario Alparone , confirmó el suicidio de la empleada, de 34 años, y subrayó que “la colega había estado enferma en su casa desde el 10 de marzo” y que “no estaba bajo vigilancia”.