Muchos países de América Latina han tomado medidas agresivas para enfrentar el coronavirus COVID-19, como cerrar sus fronteras, muelles y aeropuertos a los extranjeros, declarar estados de emergencia y ordenar el cierre de negocios.
El medio estadounidense The Washington Post señaló que, por el contrario, en México la gente todavía abarrota los mercados, los automóviles y camiones continúan llenando las calles, continúa el flujo de usuarios del Metro, aunque reconoció que el volumen de tráfico es notablemente menor.
Indicó que el presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno han dicho que un cierre del país dañaría desproporcionadamente a las personas pobres y también sería un peso psicológico para todos los mexicanos.
Que no hay razón para imponer restricciones importantes antes de que los funcionarios de salud lo consideren necesario, un momento que esperan a fines de marzo, según el patrón del coronavirus en otros lugares, y la fecha del 27 de febrero del primer caso confirmado de México.
El medio estadounidense indicó que la actitud del presidente ha desconcertado a los mexicanos.
“Él (López-Obrador) continúa asistiendo a reuniones públicas masivas, dándose la mano y besando bebés. Cuando se le preguntó cómo estaba protegiendo a México, López Obrador sacó dos amuletos religiosos de su billetera y los mostró con orgullo”, señaló la publicación del The Washington Post.
“Creo que el presidente López Obrador está tratando de proyectar confianza y minimizar el riesgo”, dijo Jesús Silva-Herzog, comentarista político y profesor del Tecnológico de Monterrey.
Sin embargo, Silva-Herzog precisó, “creo que lo que terminó haciendo (López-Obrador) fue minimizar los riesgos asociados con la emergencia y enviar mensajes que contradicen lo que se dice en casi todos lados”.
Señaló que México tiene solo 5 mil camas de emergencia y alrededor de mil 500 salas de cuidados intensivos o salas selladas, para una población de más de 125 millones.