“Nada de Rodillas”, Advierte la Alcaldesa María Eugenia Campos

Frontera Norte Ciudad Juárez

*Reconoce sus Deseos de Contender por la Gubernatura

*Es la Segunda Presidenta Municipal Mejor Evaluada

*Habla del Juárez Depredado por los Malos Gobiernos

*La Perversidad Política en el Campus de la UACJ

*Ella es la Típica “Chihuahuita”: de Concepción Tradicional

Por Rafael Navarro Barrón

“No voy a prometer nada de rodillas, ni por escrito, porque tengo palabra…trato de no contar mentiras y no tengo el deseo de hacerlo”, advierte María Eugenia Campos Galván, la alcaldesa de Chihuahua, durante una plática informal donde alerta sobre la izquierda radical que se ha apoderado de México: “es un peligro para el Estado de Chihuahua. No debe de ganar, sería un retroceso”.

Sabe que no son los tiempos políticos y que hacer política a temprana hora la puede meter en aprietos ante el INE. Es cauta cuando reconoce que tiene deseos de contender por la gubernatura. De alguna manera “todos somos llamados a este momento histórico”, menciona y solo refiere que “sí hay pretensión, sería una mentira negarlo”.

Recorre mentalmente el Juárez que dice conocer bien, el Juárez depredado por los malos gobiernos, incluyendo el actual que es uno de los peores.

“He estado en el suroriente de Juárez, en los puentes, en el centro histórico, en las maquiladoras”, luego refiere el hotel Campesino donde hay antecedente de secuestro de niñas que fueron víctimas de la pornografía infantil.

Su rostro cambia al recordar el pasado reciente. “Hemos visto la perversidad política en el nuevo campus de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, ubicado a 20 kilómetros del centro de la ciudad; el camino sin alumbrado, sin pavimento, entre piedras. No se vale tanta perversidad”, señala la política afiliada al PAN.

Y el tema llegó a la mesa: Juárez una ciudad en abandono, la capital, Chihuahua, un ejemplo a nivel nacional, un municipio próspero, caracterizado por sus modernos edificios y vialidades tipo americano.

Alguien pregunta ¿cree que ciudad Juárez pueda cambiar? “De esa esperanza quiero hablar, posiblemente no se pueda arreglar toda ciudad, pero se va a notar el cambio…todo puede cambiar con esperanza”, dice la alcaldesa que ese día sostuvo en El Paso una reunión binacional y en Ciudad Juárez una entrevista radiofónica.

Es la segunda alcaldesa mejor evaluada en México. Su popularidad es innegable. En su reelección, en el 2018, obtuvo mejor votación que el candidato de Morena y rompió su propia marca de los primeros comicios.

Famosa entre los radicales que defienden la ideología de género, se sostiene en su posición pro-vida y pro-familia. “Me dicen Maru homofóbica, Maru conservadora, Maru tradicional, pero no me importa. Lo he dicho en público y en privado, me declaro por una defensa férrea contra la ideología de género”.

María Eugenia Campos, es una mujer común y corriente, preparada en las lides de la política y en la academia. Le dicen “maestra” por un grado académico que obtuvo en una universidad de prestigio. Fue criada de madre desde muy temprana edad por la ausencia de su progenitor. “Un día se fue”, dice al referirlo.

“Para gobernar se tiene que estudiar, nos tenemos que preparar. Mi mamá nos enseñó la cultura del esfuerzo y eso lo entendí desde temprana edad. Los gobernantes no podemos improvisar, estamos obligados a responder al pueblo”, refiere la alcaldesa que es abogada y tiene dos maestrías.

María Eugenia Campos Galván está por cumplir 45 años y gobierna el municipio de Chihuahua, una ciudad ejemplo a nivel nacional por su desarrollo, limpieza y orden.

Su posición y carácter, es el de una típica “chihuahuita” (mote que intenta describir una forma tradicional de concebir la vida por parte de los capitalinos). Se auto concibe como inclusiva, resiliente. Su posición en la política la ha convertido en consejera -por accidente- de otras alcaldesas.

En esa naciente amistad, sus colegas le han confesado que la condición económica de sus municipios es muy grave, por la asfixia que provocan los gobiernos, federal y estatales.

“Me han dicho que no tienen dinero para terminar el año; cada día nos quitan más recursos, más programas…nos asfixian”, alerta desde Ciudad Juárez, desde el norte de México, desde la frontera que vive entre ruinas.

Pero el municipio de Chihuahua no está en esa posición. Es una ciudad que no se ha endeudado, aunque ha sido severamente castigado por el propio gobernador de Chihuahua que, en un acto de misoginia política, se rebela ante la popularidad de Maru Campos. La castiga, la inhabilita y la alcaldesa se crece, es como podar un árbol, dicen los analistas.

La alcaldesa advierte en la necesidad de cuidar el 2021, “hay que frenar el avance de la izquierda radical que se quiere apoderar del Estado”, señala Maru Campos, como es conocida dentro de la política y como sugiere que le llamen… “sí, Maru”.

A los 17 años, esta mujer que ha sido diputada y funcionaria pública, viajó a los Estados Unidos para participar en un intercambio juvenil organizado por una escuela de la Capital Baptist Church, una denominación evangélica conservadora que se deriva de la Iglesia Bautista del Sur.

En esa escuela estudió la biblia y “me enseñaron a ser salva”, expresa en un lenguaje apresurado. Aun así se define como católica, apostólica y romana.

Abre la puerta para competir por su partido, el PAN, pero, aunque no lo dice abiertamente esboza las diferencias con el gobernador de su mismo partido, Javier Corral Jurado. Las columnas periodistas advierten que la caballada blanquiazul va a proponer al senador Gustavo Madero Muñoz, que está en el sótano de las encuestas.

¿Iría por otro partido?, se le cuestiona a Maru. “No lo había pensado”, dice mientras sus ojos se extravían en la nada. Sabemos que sí lo ha pensado y que puede ocurrir. “Podría ser por otro partido y si no ocurre no pasa nada…”. Aclara que tendría que ser un partido que esboce sus mismos ideales, que defienda la vida y la familia.

Se declara, de siempre, una mujer identificada del lado opuesto de la ideología de género. La defensa de la vida y la familia es radical. Y recuerda el día en que tramposamente, Morena, introdujo una modificación, “un mamotreto”-dice ella- al tema del libre desarrollo de la personalidad.

“Yo estaba en Estados Unidos, en una reunión binacional de alcaldes. Cuando regresé a Chihuahua una Asociación que protege la vida y la familia me comentó lo que había ocurrido. Los regidores panistas y de otros partidos habían aprobado esa reforma constitucional. De inmediato decidí dar marcha atrás.

Había críticas porque los regidores del PAN habían votado el punto de acuerdo. Se acusaba a Maru de haber declinado a los principios del panismo que son a favor de la vida y la familia.

“El secretario del ayuntamiento, César Jáuregui la cuestionó: ¿cómo vamos a dar marcha atrás? Y yo le indiqué que convocara a una reunión extraordinaria para que el proyecto fuera revertido, lo que ocurrió finalmente”.

Su advertencia es clara. Frenar a la izquierda “no es un asunto personal ni un asunto que tenga que ver con alguna candidatura, sino un proyecto social y de principios para evitar que la izquierda radical pueda gobernar el Estado de Chihuahua. Es un proyecto de todos por el peligro que representa Morena para el Estado de Chihuahua”.

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