Los mercados globales, en particular el petrolero, inician una semana clave para mostrar estabilidad en la respuesta al Covid-19, pero sin una de las herramientas clave en los pasados tres años: el acuerdo OPEP+.
Lo menos de que se habla es de una guerra petrolera, con expectativas de que en el trimestre abril-junio, las cotizaciones del crudo se hundan a su nivel más bajo en 20 años.
En realidad esta semana empezó el viernes 6, cuando OPEP+ donde los grandes jugadores son Arabia Saudita y Rusia, cerraron varios días de deliberaciones sin acuerdo para prolongar el pacto que había funcionado bien para mantener el abasto de petróleo a precios razonables.
En juego estaba una reducción conjunta de 1.5 millones de barriles diarios que se prolongaría hasta fines de este año, y aún más debido a la caída en el consumo por los cortes productivos obligados por el Covid-19.
«Desafortunadamente, no llegaron a un acuerdo», dijeron fuentes de las negociaciones a la rusa Itar Tass, mientras que otra solo vio a los corresponsales y pronunció la frase «no acuerdo».
Aramco, la mayor petrolera del mundo, que a fines del año pasado salio a bolsa, hizo el primer movimiento: cortó sus precios a través de ofrecer descuentos para las entregas a partir del 1 de abril, fecha formal del fin del pacto, informó Arab News.
Desde esa fecha los extractores rusos de crudo decidirán cuánto extraen y ya no dependerán de una orden central, explicó el ministro ruso de Energía Alexandr Novak, pero también los países de la OPEP podrán hacer lo propio, recuerda en un análisis el banco ING.
De acuerdo al centro de análisis de la institución originaria de Países Bajos, Rusia ya no quiso que sus recortes fueran tomados por Estados Unidos.
Tras la decisión las apuestas sobre el nivel de cotizaciones surgieron. ING colocó al Brent del Mar del Norte en promedio de 33 dólares el barril (db) desde los 56 db, para luego registrar una posible recuperación a 43 db pero hasta el segundo semestre de este 2020.
Leonid Fedun, copropietario de la petrolera rusa Lukoil, dijo que el crudo de su país podría rondar los 40 db y el costo de la ruptura del acuerdo entre 100 millones y 150 millones de dólares diarios, citó sputnik.
Arabia Saudita ha ofrecido cortes de 4 a 8 db, con el descuento más grande para los países del norte de Europa y Estados Unidos.
La posibilidad de una guerra de precios petroleros está abierta e involucraría a tres jugadores: Estados Unidos, Rusia y los países del Golfo Pérsico, acotó Arab News.
Algunos analistas consultados por el medio árabe, estiman que la industria del petróleo extraído de la piedra, base del auge petrolero estadunidense, es más vulnerable a una baja de precios que el crudo ortodoxo ruso y saudita.
En esta tentativa se ve a Rusia con perspectivas positivas debido a su baja deuda y su tasa de cambio de divisas flexible, lo que le daría algunos meses de respiro.
En Estados Unidos las alertas están prendidas. Vladimir Putin empezó lo que podría terminar como una de las más horribles guerras de precios petroleros, y las empresas estadounidenses de gas y petróleo podrían ser las víctimas, anota el especializado cnbc.