Latinoamérica, la región más peligrosa para defensores de Derechos Humanos

América Latina fue la región “más peligrosa” para defensores de los Derechos Humanos en 2019, con 210 personas que murieron por su labor activista, afirmó este jueves Amnistía Internacional (AI) en su informe anual de la región.

La organización detalló que esas personas murieron “violentamente en el contexto de protestas”, de las cuales 83 ocurrieron en Haití, 47 en Venezuela, 35 en Bolivia, 31 en Chile, ocho en Ecuador y seis en Honduras.

En un año donde varios países se vieron sacudidos por manifestaciones, “la mayoría de los gobiernos respondieron a estas protestas con represión y haciendo uso excesivo de la fuerza, en un intento de silenciar la reivindicación de mayor justicia social”, afirmó el documento regional.

La directora para las Américas de AI, Erika Guevara Rosas, agregó que en gran parte de la zona los ataques a los derechos se originaron por “dirigentes intolerantes y cada vez más autoritarios que recurrían a tácticas cada vez más violentas” para impedir las protestas.

“Diversos Estados de las Américas restringieron el año pasado el derecho de manifestación y el derecho a solicitar asilo, en un flagrante desprecio de las obligaciones contraídas en virtud del derecho tanto nacional como internacional”, afirmó la organización en su comunicado.

AI destacó la “represión” ejercida en Venezuela, pues las fuerzas de seguridad del presidente venezolano, Nicolás Maduro, “cometieron crímenes de derecho internacional”.

Según cifras del Alto Comisionado de Naciones Unidas, murieron mil 569 personas por “resistencia a la autoridad”, tan solo entre enero y mayo de 2019.

Sobre el caso venezolano la organización también destacó la “emergencia humanitaria” por escasez de alimentos y servicios que obligó a más de cuatro millones de personas a buscar protección internacional, “cifra sin precedentes en las Américas”.

Chile cerró con la “peor crisis de derechos humanos” desde el estallido social en octubre, que fue reprimido por el ejército. Esto aumentó “drásticamente el número de abusos” y murieron 31 personas, 13 mil resultaron heridas y se registraron más de mil casos por tortura o tratos inhumanos.

También concluyó que México fue uno de los países “más mortíferos para los periodistas” con al menos 10 muertes violentas, que se suman al número elevado de homicidios y las más de 61 mil desapariciones “perpetradas por agentes no estatales”.

El organismo subrayó que “las mujeres y las niñas” se pusieron en primera línea de los movimientos que defienden los derechos humanos, “como demostraron las poderosas manifestaciones feministas celebradas en lugares como Argentina, México y Chile”.