El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que el cambio del país no se puede lograr por mero pragmatismo, sino requiere que los hechos trascentendales sean movidos por ideales y principios.
“Debe tomarse en cuenta que por general un luchador social o político, que busca transformar una realidad de injusticia, es movido por ideales o principios, por una doctrina o simplemente por una creencia.
“Nadie podría hacer algo verdaderamente transcendental por mero pragmatismo sin valores morales o espirituales”, lanzó el jefe del Ejecutivo desde Palacio Nacional.
El primer mandatario afirmó que el legado que deja el maderismo a los mexicanos se vio cristalizado en 2018 cuando su movimiento, en un hecho democrático trascendental, lo llevó a la Presidencia con el respaldo mayoritario del pueblo.
Afirmó que su gobierno ha retomado los valores que Francisco I. Madero, en particular el bienestar del pueblo, no como un acto humanista, sino para afianzar la transformación de México, con el respaldo de la sociedad.
“(Debemos) resistir ante cualquier reacción conservadora, no podemos soslayar la bella y dolorosa lección del maderismo: democracia sí, pero justicia social también; Madero es mártir y héroe“, afirmó el mandatario federal.
Al conmemorar el 107 aniversario luctuoso de Madero y su vicepresidente José María Pino Suárez, quienes fueron asesinados en la Ciudad de México en 1913, el mandatario federal calificó al expresidente como un político fuera de serie que pese a enfrentar el atraso cívico del país luchó por la democracia.
Frente a integrantes de su gabinete y los altos mandos del Ejército, el Presidente de la República señaló que el legado del expresidente Madero no debe olvidarse nunca.
Por ello, en Palacio Nacional, López Obrador inauguró la “Intendencia de la Traición”, donde se honra la memoria del exmandatario, quien estuvo preso en este lugar junto a Pino Suárez antes de ser asesinado.
Acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Müller, el mandatario hizo un recorrido por la sala en memoria del político y ser humano excepcional que fue el expresidente.
“Madero era un político extraordinario, fuera de serie tan es así que sus contemporáneos lo tildaban de soñador y no pocos con vulgaridad llegaron a decir que estaba loco”, afirmó.