Groserías, empujones y hasta insultos se registró en el auditorio de La Casa del Actor cuando Jesús Ochoa interrumpió la rueda de prensa que ofrecía Jorge Ortiz de Pinedo con otros intérpretes para denunciar la falta de apoyo económico por parte de la Asociación Nacional de Actores (ANDA) y un adeudo de alrededor de 9 millones de pesos.
“Mira Jesús Ochoa, tú eres actor y yo también, te voy a suplicar que respetes la Casa del Actor. Eres bienvenido. Como secretario general puedes mandar allá, en la ANDA, aquí no. Te suplico de la manera más atenta que tengas cordura y que no me estés retando y que te calmes por favor. Si no, abandona la sala, es muy sencillo”, le exigió Ortiz de Pinedo a su colega.
Ante los gritos de ¡Fuera Ochoa!, le reiteraron: «Aquí no vas hacer lo que haces en la ANDA, siéntate por favor, eres nuestro invitado».
Y es que el secretario general de la ANDA, cargo que ostenta Jesús Ochoa, acusó que las facturas presentadas por la Casa del Actor son falsas, por lo que la asociación se niega a reembolsar los gastos mensuales que generan por comida, ropa y salarios los 43 residentes de dicha casa.
«De todo lo que hay aquí, en la Casa del Actor, la ANDA no ha aportado ni un sólo peso, todo se ha hecho con colectas sin recibir nada a cambio», dijo el abogado y secretario de la Comisión de Honor y Justicia de La Casa del Actor, Javier Coello Trejo.
Agregó que mensualmente se erogan alrededor de 550 mil pesos y ya suman 21 meses que la ANDA dejó de reintegrarles el recurso, lo que ha genera un adeudo de casi 9 millones.
Detalló que “todo lo que hay aquí, en la Casa del Actor, la ANDA no ha aportado ni un solo peso, todo se ha hecho con colectas sin recibir nada a cambio» y agregó que no dejarán que la asociación se quede con la casa.
Sobre el tema, Ortiz de Pinedo asestó que «estos pleitos son patéticos, inhumanos, es algo que no se puede soportar. Me da vergüenza lo que está pasando en la asociación».
Jesús Ochoa intentó como pudo mostrar los supuestos documentos apócrifos y dar una versión de lo que está sucediendo, pero con un auditorio lleno fue casi imposible, pues los gritos no se hicieron esperar.