Por Jesús Michel Narváez
Hubo un tiempo en que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) pasaba inadvertida. Poco se sabía de sus acciones desestabilizadoras. Algunas de ellas, en Irak que culminaron con la caída de Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi en 2011, cuando Barack Obama gobernaba Estados Unidos y mantuvo la guerra contra el terrorismo iniciada por George W. Busch a raíz del derribo de las torres gemelas el 11 de septiembre de 2001.
De pronto, proveniente de Suiza, se descubre que la CIA ha espiado a cuando menos 120 países entre ellos México.
De acuerdo con informaciones internacionales, el Ministerio de Defensa suizo informó que investiga el presunto uso de una empresa de este país, Crypto AG, para espiar en el pasado a 120 países en favor de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA) y los servicios secretos alemanes (BND).
Una investigación en curso y cuyos resultados se darán a conocer en junio próximo, revelaría que la empresa suiza vendió equipos encriptados para que los países adquirentes realizaran acciones “secretas” para el mantenimiento de su seguridad interior y temas relacionados con el comercio global.
Lo que nadie sospechó es que la información “encriptada” podía ser escuchada por la CIA y en base a la misma se tomaron decisiones, seguramente de alto riesgo, sin que las naciones que tienen los equipos lo hayan sabido.
Los primeros datos indican que entre otros países que compraron las máquinas de encriptado están México, Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, Perú, Venezuela, Nicaragua, España, Grecia, Egipto, Arabia Saudí, Irán e Irak. La pegunta a sería: ¿quién o quiénes compraron las máquinas y para qué?
Para sorpresa de los investigadores suizos, se localizaron informes que “datan de 1945 y son difíciles de reconstruir e interpretar en el actual contexto”.
Oberholzer hará públicos los resultados de su informe en cuatro meses, señaló el comunicado, en el que subrayó que algunas de las acusaciones “datan de 1945 y son difíciles de reconstruir e interpretar en el actual contexto”.
Este martes, el centro independiente National Security Archive dio a conocer que la investigación original la realizó The Washington Post aliado con las cadenas públicas alemana ZDF y suiza, RTS, la “la CIA espió durante años las comunicaciones diplomáticas y militares de decenas de países”.
Lo trascendente no es que la CIA sea la reina de los espionajes, sino saber qué información “ultra secreta” pudo haber obtenido de las comunicaciones diplomáticas y militares realizadas por altos funcionarios de los Gobiernos de México en las últimas, cuando menos, tres décadas.
Lo más probable es que no haya nada que afectara la seguridad ni el comercio. A lo mejor solamente les torcieron las manos para evitar que Mario Moya Palencia llegara a la Presidencia o que Washington supiera con antelación las preocupaciones sobre el casi fenecido Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Por lo demás, quizá los chistes sobre Echeverría, las invocaciones de López Portillo y hasta los discursos incendiarios del actual presidente. Nada que nos quite el sueño. Ah, pero la CIA es, sin duda, la Compañía y está más viva que un dolor de muelas.
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