Por Jesús Michel Narváez
¿De dónde salió Alfonso Ramírez Cuéllar para presidir Morena?
Pensar mal me hace, no siempre, acertar.
Mi impresión: de Palacio Nacional salió la indicación. Si desde el mismo lugar en el que asegura el Ciudadano residente no meter las manos y que su movimiento es “democrático” sin que el Presidente de la República sea el que manda en el partido.
El aún presidente del Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la LXIV Legislatura es cercano, quizá más de lo que se cree, del primer Jefe del Ejecutivo Federal que nació en Tabasco.
Podría entenderse que la lucha entre Yeidckol Polevnsky, Bertha Luján, Mario Delgado y el reintegro Alejandro Rojas, llevó al fundador de Morena a dar un manotazo con guante de terciopelo pero tan mortal que nadie sale del asombro.
Y hay manos que mecen la cuna para satisfacción de su jefe: Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard.
Usted se preguntará el por qué y la respuesta es simple: operar las elecciones federales, estatales y municipales del 2021 para colocar a sus peones, alfiles, caballos y hasta reinas y torres para jugar la partida más importante de sus vida: la candidatura presidencial en 2024.
Allá en el pasado, cuando se realizó el último colegio electoral en la Cámara de Diputados y entre los actores principales para avalar el triunfo de Carlos Salinas de Gortari estuvo José Murat quienes años después, en la sucesión del gobernador de Oaxaca al término del mandato de Heladio Ramírez López, clamaba: “Me toca, me la deben, me la deben”. Es el caso de Ebrard. En 2012 se hizo un lado en la búsqueda de la nominación presidencial por el PRD y sus aliados y “perdió” una amañada encuesta que favorecía a Andrés Manuel. Hoy puede repetir el grito del oaxaqueño y con justa razón.
Por ello se presume que el Presidente movió su caballo, el negro, para estar en el juego y no permitir que las blancas –piezas- avancen en el tablero.
Las opiniones sobre la “elección” de Ramírez Cuéllar como “presidente interino” chocan entre sí. Unas hablan de la capacidad de organización del zacatecano… otras que es imposición y no logrará nada.
De entrada, la presidenta en funciones y que se ha convertido en un dolor de las partes blandas presidenciales, declara que si Ramírez la busca con gusto se tomará un cafecito y que el “ungido” está impedido para convocar a cualquier Congreso y ella, por tanto, estará al frente de Morena cuando “menos un año más”.
¿Los electores de Ramírez Cuéllar se fueron por la libre?
¡Pamplinas! dijo el de enfrente.
Y seguramente tiene razón.
Por eso ¡qué alguien me explique!
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