La Fiscalía del estado de Nueva York presentó este miércoles al productor de cine Harvey Weinstein como un «monstruo depredador» en la apertura oral del juicio por cinco delitos sexuales contra él, argumentando que manipuló a seis mujeres para forzarlas en incidentes ocurridos a lo largo de dos décadas.
Durante unas dos horas, la fiscal asistente Meghan Hast expuso las historias de las dos denunciantes en las que se basa el caso, la ayudante de producción Mimi Haleyi y una aspirante a actriz de la que no se conocía el nombre y que es Jessica Mann, así como las de otras cuatro mujeres, entre ellas la intérprete Anabella Sciorra, que serán llamadas como testigos junto a una psiquiatra.
Sin omitir detalles de los encuentros, Hast señaló que Weinstein seguía un patrón de comportamiento en el que ponía «a prueba» a las jóvenes para aprovecharse de ellas y, aludiendo al «consentimiento» que alega el productor, recordó que cuando este se da, «no es necesario engañar» para tener relaciones sexuales.
La jornada de argumentos de apertura en el juicio, en el que Weinstein se enfrenta a una posible cadena perpetua, generó tal expectación que había medios haciendo cola desde las 04.30 de la madrugada y en primera fila se vio a la prestigiosa abogada Gloria Allred, que defiende a Haleyi y Sciorra, y al fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus Vance.
Weinstein, de 67 años, llegó a la sala con antelación y sin su habitual andador, cojeando y con una visible dificultad para mantener el equilibrio hasta el punto que momentáneamente agarró de la chaqueta al abogado que le precedía.
El productor se mantuvo en silencio y cabizbajo mientras Hast pedía a los 12 miembros del jurado y los tres suplentes que escucharan a las testigos, cuyas fotografías se proyectaron en pantalla, «con la mente abierta» al relatar «la realidad de cómo las víctimas actúan tras una agresión sexual».
La fiscal se refirió a la relación continuada de algunas de las supuestas víctimas con Weinstein a través de mensajes o correos, como el martes anunció la defensa que expondría y ocurre en el caso de Jessica Mann, y alegó que «estaban siendo engañadas con la falsa promesa de ayuda profesional» y se sentían «atrapadas».
La jornada comenzó con una reunión privada entre las partes y el juez James Burke que se alargó media hora, tras lo que entraron los miembros del jurado, a quienes les ordenó seguir las normas, y continuará este miércoles con la exposición de argumentos de los abogados del productor y posiblemente el testimonio de una de las testigos.