El olor a carne asada, los gritos de chicos y adolescentes y de mujeres apoyando a los hombres que se enfrentan en un juego de béisbol, es el ambiente que envuelve a la comunidad mormona de La Mora, a unas horas de la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por primera vez en su historia, la región de Bavispe, enclavada entre montañas de la Sierra Madre Occidental, en los límites de Chihuahua y Sonora, un presidente de México pisa ese territorio.
Para Esteban Longford la visita del primer mandatario a ese lugar es un buen gesto de López Obrador, tras el asesinato de nueve integrantes de la comunidad, mujeres y niños, el pasado 4 de noviembre en una brecha que conecta al municipio de Bavispe con el poblado de Janos, Chihuahua.
“El presidente viene obligado por las circunstancias, él prometió que vendría y cumplirá su palabra. Esperamos que nos traiga un informes de los avances de las investigaciones”, dijo Esteban, quien fue alcalde de La Mora de 2015 a 2018.
Mientras el pitcher hace el mejor lanzamiento y el bateador se esfuerza por conectar su mejor batazo, en los alrededores y calles de la colonia policías estatales, elementos del Ejército y la Marina dan rondines para vigilar el poblado.
Los caminos, brechas y la carretera que lleva al municipio de Agua Prieta también son patrullados por miembros del ejército.
Por la mañana de ayer, tres helicópteros de la Marina descendieron en el lugar donde el Presidente de México se reunirá hoy con alrededor de mil 500 personas, principalmente de la comunidad mormona, muchos de ellos empezaron a llegar durante todo el día de otras colonias como LeBaron ubicada en el municipio de Galeana, Chihuahua. Esteban Lagnford formó parte de la comisión que recibió la avanzada del Presidente y comentó a El Heraldo de Juárez que los marinos no les informaron cuál será el protocolo que seguirán durante la visita.
“Vinieron los de la Marina, unos en helicópteros, y nos pidieron la información de dónde vamos a recibir al Presidente, no nos dieron más información”, dijo.
Agregó que ya pasaron dos meses y días, y el dolor aún sigue, él perdió a su hermana Dawna, una de las mujeres víctimas de la masacre, “pero la vida sigue, tenemos que seguir trabajando, nuestras comunidades son de trabajo”.
Esteban dijo que no tienen ningún documento o pliego petitorio para el presidente y solo le pedirán justicia para las víctimas.