La Junta de Gobierno del Banco de México mantendrá para este 2020 una postura monetaria prudente y dará un seguimiento especial a la incertidumbre prevaleciente y al traspaso potencial de las variaciones del tipo de cambio a los precios.
También pondrá atención en la posición monetaria relativa en un contexto externo en el que persisten riesgos y la evolución de las condiciones de holgura y presiones de costos en la economía, de acuerdo con la última reunión realizada con motivo de la decisión de política monetaria.
En su última reunión de 2019, los integrantes de la Junta de Gobierno se pronunciaron por disminuir a solo 25 puntos base la tasa de interés por cuarta ocasión, con lo que quedó en 7.25 por ciento, desde el 8.25 a mediados de agosto.
Sin embargo, el subgobernador del Banxico, Gerardo Esquivel Hernández, fue el único en votar a favor de reducir en 50 puntos base la tasa de interés referencial con el objetivo de dejarla en 7.0 por ciento antes de concluir el año anterior.
Esquivel Hernández consideró que la coyuntura cuando se tomó esta decisión “era quizá una de las últimas oportunidades favorables de este ciclo para poder realizar un ajuste más decidido en la política monetaria”.
“En mi opinión, reducir la tasa de interés en sólo 25 puntos base es insuficiente para reconocer los avances que se han logrado en materia de reducción de la inflación y de mitigación de riesgos en los últimos meses”, manifestó.
El funcionario del Banco de México acentuó que un ajuste de esta magnitud significa simplemente seguir detrás de la curva ya anticipada por el mercado.
Reiteró que la combinación de un tipo de cambio cercano a nueve pesos por dólar, inflación anual inferior al objetivo de 3.0 por ciento, reducción significativa de riesgos externos e internos y nulo crecimiento económico son elementos para justificar una acción de política monetaria más decidida.
El supuesto riesgo inflacionario atribuido al salario mínimo, que pasó de 102.68 a 123.22 pesos y de 176.72 a 185.56 pesos diarios a partir del 1 de enero “es en realidad muy menor”, sostuvo.
Esquivel Hernández enfatizó que la evidencia de 2019, tanto en la frontera norte como en el resto del país, así lo sugiere. “Sobredimensionar este riesgo puede terminar alimentando las expectativas de inflación y convertirse en una profecía autocumplida”, expresó.