El estancamiento, la incertidumbre interna y externa y la escasa inversión pública y privada han sellado un 2019 en el que la economía mexicana está al borde de la recesión, según analistas consultados por Efe que prevén un repunte para 2020, aunque con riesgos.
“La desaceleración del país obedece fundamentalmente a una caída en la inversión, tanto pública, por el poco espacio fiscal con que se cuenta y, sobre todo, privada. Esta caída en la inversión se debe a la incertidumbre en torno al rumbo que podrán tomar las políticas públicas”, expresa a Efe Carlos Serrano, economista jefe del BBVA.
Aunque prevé una recuperación para el 2020, con un posible aumento del 1,3 % del Producto Interno Bruto (PIB), Serrano advierte dos riesgos: uno externo, la aún incierta relación comercial con Estados Unidos, y otro interno, la situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex), que podría presionar a las finanzas públicas.
Aun así, el analista considera que el presupuesto fiscal del 2020 “abonará” a mantener una estabilidad macroeconómica porque apunta a un superávit fiscal primario que mantendrá la deuda pública estable, que este año representaría el 45,8 % del PIB, tres décimas menos que en 2018, según la Secretaría de Hacienda.
Para promover más crecimiento, el economista de BBVA sugiere que el Gobierno mexicano puede procurar un entorno de estabilidad macroeconómica, con bajas tasas de interés e inflación, una política fiscal predecible y reglas claras.
“Proveer de certidumbre en las políticas públicas y proveer una política de respeto a los contratos, de reglas del juego parejo y de reglas que no cambien a la mitad del partido. Esto puede resultar también en mayores niveles de inversión”, recomienda.