*Generación de Tensiones y de Heridas que no Cierran
*La Renovación de un Asilo Político que fue Efímero
*El Fracaso de los Ninis que Insisten en no Trabajar
*Los “Siervos de la Nación” y sus Sesgados Censos
*El Cero Crecimiento y la Recesión Anunciada
Por Gerardo Lavalle
Cierre de año. Año de incumplimientos políticos y de nulo crecimiento económico. Año en el que el Gobierno federal avanzó en sus reformas constitucionales. Año en el que la creación de empleos decreció en casi 400 mil plazas. Año en el que se retrasó el inicio de las obras emblemáticas de la 4t y se suspendieron otras como el Tren Interurbano México-Toluca. Año en el que se dispusieron 150 mil millones de pesos del Fondo de Estabilización construido durante la última década. Año en el que la violencia no se detuvo y por el contrario registró incremento.
El 2019 pasará a la historia como el año en el cual el combate a la corrupción se convirtió solamente en slogan propagandístico. Un 2019 que generó tensiones y abrió heridas que no cierran. En sus 12 hojas del calendario, el 2019 registró la derrota nunca vista –o a lo mejor ocultada en el pasado- del ejército con el conocido culiacanazo. De acuerdo con los datos oficiales, por lo menos hubo 12 masacres y la de la familia LeBarón provocó fuerte reclamo de Washington. Año en el que a los negociadores mexicanos dentro del T-MEC los sorprendieron los de Estados Unidos, porque no leyeron el contenido del adendum aprobado en fast-tack por el Senado de la República.
Año en el que Morena, el partido en el gobierno, sufrió serios reveses, aunque impuso el poder de su mayoría con sus aliados. Temas como la reducción en 50 por ciento a las prerrogativas de los partidos políticos, la revocación de mandato, la Ley de Remuneraciones, la de Amnistía, la cancelación de cerca de 50 programas de apoyo al campo, la cancelación de los apoyos a las estancias infantiles, la reforma al Código Fiscal de la Federación para equiparar la compra de facturas y evasión de impuestos con el crimen organizado, la eliminación del fuero a los servidores públicos, el ataque sistemático a los órganos autónomos, entre otros muchos descalabros, fracturaron no solo a la sociedad sino a los aliados de la mayoría parlamentaria.
1979, EL ÚLTIMO ASILO POLÍTICO ANTES DE EVO
En este año que concluye, México revivió la tradición centenaria del asilo político.
De acuerdo con registros oficiales, el 16 de enero de 1979, a la mitad del mandato de José López Portillo, el Sha de Irán, Mohamed Reza Pahlevi, solicitó asilo a México, país que conoció cuando fue invitado de Luis Echeverría en 1975.
Pasaron 40 años antes de que otro perseguido político o cuya vida estaba en peligro solicitara y se le concediera el asilo político. El 12 de noviembre arribó el renunciado presidente de Bolivia y permaneció en el país escasos 33 días. Viajó a Cuba y de allí se trasladó a Buenos Aires, en donde radica bajo la misma figura, aunque con limitantes: no puede realizar actos de proselitismo ni ofrecer conferencias de prensa cotidianamente.
Años atrás, en 1973, México abrió las puertas a millares de chilenos que huían de su nación a causa del golpe de estado encabezado por Augusto Pinochet. Muchos de los que llegaron al país, se quedaron.
Antes de la caída del primer régimen socialista que se instaló en el poder mediante una elección democrática y que cuya figura perdura en la historia, Salvador Allende, el que fuera presidente de Argentina. Héctor Cámpora también recibió asilo político.
DE NINIS A EMPRENDEDORES DEL FUTURO, UN FRACASO
Al ponerse en marcha los programas sociales del gobierno de Andrés Manuel López Obrador el primero de enero de 2019, fecha en la que arranca el gasto público aprobado por los diputados federales en el mes de diciembre, resaltó uno: la creación del que lleva por nombre Programa Jóvenes Construyendo el Futuro, cuya arteria femoral consiste en arrancarlos de la pereza definida en “ni estudian ni trabajan” y con el compromiso del sector privado de aceptarlos en sus empresas sin cubrir salario alguno porque son becados por el Gobierno federal con 3 mil 600 pesos mensuales.
Al cierre del año, cerca de un millón de jóvenes que estaban en esa condición, fueron colocados como aprendices de diversos oficios. Solamente 15 mil obtuvieron un empleo formal, a pesar de la cuantiosa inversión social destinada al programa.
Los otros programas emblemas de AMLO, porque cuando fungió como Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, fue el primero en la historia del país, en aplicarlos: apoyo a los adultos mayores, a las madres solteras y combate a la pobreza y los nuevos, de becas para los discapacitados y los deportistas, no fueron implementados en su totalidad.
El propio presidente ha reconocido que la tarea no es fácil porque quienes tienen que realizar las entregas directas de los recursos enfrentan diversos problemas. El ejército llamado “Los Siervos de la Nación” formado por 18,147 siervos –según dato de Expansión- construye un censo bajo sospecha de sesgo. El “censo del Bienestar”, levantado por los Siervos de la Nación, sirve para decidir a quién entregar los programas sociales.
Sembrando Vida, un programa en el que participan quienes tienen parcelas arboladas y reciben 5 mil pesos mensuales, avanza pero a paso lento. El compromiso oficial de AMLO es contar un con millón de hectáreas con frutales. Los que aceptan el apoyo desmontan sus tierras y arrasan con los maderables. El presidente lo presume como uno de los programas que abatirá la pobreza. El problema es el crecimiento de los árboles. Tardarán de cuatro a seis años, en cuanto a frutales y hasta 20 en los maderables para que los resultados pudieran ser satisfactorios.
La oficina de comunicación de la Presidencia de la República afirma que ya suman 100 nuevas universidades operando en el país y el propio López Obrador lo confirmó el pasado primero de diciembre durante su cuarto informe de gobierno. Habló de que hay 800 académicos para atender a la población estudiantil, porque su compromiso es que nadie se quede sin estudiar por falta de espacios educativos.
DE LA ECONOMÍA SIN CRECIMIENTO
Desde su campaña y luego como Presidente Constitucional de México para el periodo 2018-2024, Andrés Manuel López Obrador afirmaba que el “mediocre crecimiento económico del modelo neoliberal” había frenado el avance del país y que durante su gobierno el crecimiento sería del 4 por ciento anual.
Durante los 12 meses del año, las calificadoras internacionales, las instituciones bancarias asentadas en México y los organismos financieros multilaterales advertían de la atonía en la economía e incluso bajaron los pronósticos que provenían de Palacio Nacional.
El tema más recurrente: Petróleos Mexicanos. Los analistas mostraron números alarmantes: es la petrolera más endeudada del mundo cuyos adeudos suman 104 mil millones de dólares.
El otro: construir una refinería, cuando en el mundo se han dejado de edificar mirando hacia el futuro tecnológico: el de los autos y maquinaria industrial eléctrico y no contaminantes.
Para los financistas la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) fue una mala señal, porque los inversionistas, nacionales y extranjeros perdieron la confianza.
En su declarada guerra contra la corrupción, López Obrador arremetió con serias descalificaciones hacia el sector privado. En sus casi 13 meses de gobierno oficial, no ha dejado sector sin tocar, lo que ha generado el retiro de inversiones, el estancamiento de la economía y desarticulación de cadenas de producción.
No obstante, las señalas surgidas del Banco de México y de los entes financieros globales, la administración federal cerró los ojos, tapó los oídos y extremó las críticas surgidas de “los adversarios conservadores”.
El resultado: 0 crecimiento, aunque el Presidente sostiene que se repartió mejor la riqueza, frase que ameritó la pregunta general: ¿cuál?
LAS ENCUESTAS NO LO ESPANTAN
Como nunca, en 2019 se realizaron encuestas. Las primeras mostraban una aceptación de 81 por ciento por parte de los entrevistados –nunca se informó qué clase de entrevistados eran consultados para emitir la calificación- y las últimas una baja de casi 30 puntos.
Al Presidente no le preocupan. No le espantan. Su criterio es que fueron realizadas por sus “adversarios, los conservadores”.
Una de sus primeras decisiones y que merecieron opiniones encontradas fuero la desaparición del Estado Mayor Presidencial, porque a él lo cuida el pueblo; la puesta en venta del avión presidencial TP-1 José María Morelos y Pavón, que nadie ha comprado después de 13 meses de estar en exhibición y cuya operación condujo, palabras de López Obrador, la ONU.
En sus primeros 13 meses de gobierno, los evangélicos se han convertido en los aliados del Presidente a grado tal que en sus iglesias reparten la Cartilla Moral, que pretende “moralizar” a una sociedad que ha perdido los valores humanos.
A la Iglesia Católica virtualmente la ha ignorado.
LA RELACIÓN CON LOS GOBERNADORES
Aunque México es una República federal y cuenta con un Pacto Federal que orilla a respetar el estatus de los Estados Libres y Soberanos, la relación entre el Jefe del Ejecutivo y los mandatarios estatales, los de oposición por supuesto, no es tersa y sí tensa.
Con su partido dominando prácticamente el Congreso de la Unión y 17 de los Congresos Locales, la política federal no coadyuva con las entidades.
Desde su arribo a Palacio Nacional, López Obrador inició sus giras por la República. A cada estado al que llegaba los asistentes a sus mítines abucheaban a los gobernadores.
El nombramiento de una figura inexistente en la Constitución y en la Ley Orgánica de la Administración Pública: los súper delegados y lo que significa que todas las decisiones se toman en el centralismo gubernamental
Las reducciones en las partidas presupuestales y las aportaciones fiscales sin que exista un análisis para la medida, ha llevado a los gobernadores del PAN a proponer un nuevo Pacto Fiscal.
Con excepción de los morenistas Cuitláhuac García (Veracruz), Rutilio Escandón (Chiapas), Adán Hernández (Tabasco) y Claudia Sheinbaum (Ciudad de México) y recientemente Jaime Bonilla (Baja California), los otros 26 gobernadores mantienen una “sana distancia” –obligada- de Palacio Nacional y cuando acuden al histórico edificio lo hacen rumbo a la Secretaría de Hacienda.
Este 2019 cierra con incertidumbre. Acaba el año y los problemas de siempre están ahí, dormidos, pero no muertos.
