Por Jesús Michel Narváez
Asistir al Estadio Azteca y tener un palco para mirar los juegos sin el riesgo de recibir “agua de riñón” o agresiones de parte de los integrantes de las porras, no garantiza la seguridad personal.
Me llega una denuncia de hechos realizada en Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México cuyo folio es el 30632 y presentada el 9 de diciembre. En breve le comento de qué se trata: Rodrigo Alonso Uribe asistió el 8 del mes en curso para presenciar el encuentro entre América y Monarcas de Morelia. Llegó y se instaló en el palco familiar, marcado con el número 2030 B. En el palco siguiente estaba una pareja que comenzó a agredirlo por vestir una playera del Cruz Azul.
“Siempre la uso cuando asisto a un partido de futbol, sin importar quién juegue”, dice en su denuncia el agredido.
Relata que su vecino de palco comenzó a atacarlo verbalmente y durante 60 minutos, contando el descanso, las agresiones subieron de tono, por lo cual decidió marcharse. En pasillo se encontró al agresor quien le manoteó y después le estrelló un vaso de cristal en el rostro. “Para defenderme me cubrí la cara pero el golpe fue demasiado fuerte y el vaso se rompió, causándome heridas en la oreja y en el brazo”, denuncia.
Cuando sus primos, que lo acompañaban en el Azteca, lo acompañaron al estacionamiento para ir a un hospital, salió una mujer rubia de 50 años y les espetó: “les voy a meter un balazo si los vuelvo a ver”.
Rodrigo fue trasladado al ABC de Observatorio y en urgencias lo atendieron. Al término de la curación pagó una factura por 60 mil 627 pesos con 97 centavos.
No obstante que en Facebook sus primos encontraron el rostro del agresor, a quien se identifica como Gustavo Salcido Zamarripa y que en la denuncia se adjuntó la foto del agresor, es momento que la PGJCdMx no ha iniciado las investigaciones ni recibido al joven agredido.
Aparentemente en el Azteca asisten no solamente los miembros de las porras que son conocidos por su violencia en contra de los fanáticos de otros equipos que no sea el América, sino también quienes desde el privilegio de tener sus palcos se dedican a beber en exceso.
Como en los palcos hay privacidad no está prohibida la ingesta de bebidas alcohólicas de alta graduación.
Rodrigo le pide a la futura fiscal capitalina, que lo escuche y que ordene se abra la carpeta de investigación. Están los elementos: fotografías del agresor, su identificación plena, testigos de los hechos y a 16 días de ocurridos los hechos, ni siquiera han citado a declarar al denunciante.
Así es de rápida la procuración de justicia en la capital del país.
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