Standard & Poor’s confirmó la calificación soberana de México y también la perspectiva negativa, lo que significa que existe una probabilidad de al menos una en tres de que baje la nota del país durante el siguiente año.
El 1 de marzo, la calificadora de riesgo S&P anunció que mantenía la calificación crediticia de México en BBB+, pero cambió a negativa la perspectiva de la nota al señalar preocupaciones sobre las previsiones de crecimiento.
Este jueves, la calificadora decidió mantener en negativa la perspectiva debido al riesgo de mensajes contradictorios en algunas de las principales políticas del gobierno, en el sector energético y en los proyectos que dependen del financiamiento público, lo que, junto con la percepción de una mayor discrecionalidad en la implementación de políticas, podría seguir erosionando la confianza del sector privado y disminuir las expectativas de crecimiento de México.
Si el Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura del Sector Privado logra mejorar la confianza para aumentar la inversión privada, junto con las recientes acciones para renegociar el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), podría generar un panorama económico más positivo.
De lo contrario, si no hay indicios de una mejora sólida se debilitaría el perfil económico del soberano, y se traduciría en una baja de la calificación.
La calidad crediticia de México también podría verse afectada por potenciales aumentos en los pasivos contingentes, principalmente relacionados con el sector energético, en donde el gobierno ha limitado la participación privada y la muestra es que no se incluyeron proyectos energéticos en el acuerdo de inversión del sector privado para el resto del sexenio, que incluye 140 proyectos por 710 mil millones de pesos mexicanos.