México y Siria con más periodistas asesinados en 2019: CPJ

México fue en 2019 el país del mundo con más periodistas asesinados por su trabajo, según un informe presentado este martes por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, en inglés).

La entidad con sede en Nueva York documentó cinco asesinatos de informadores mexicanos durante los últimos doce meses, lo que supone la mitad de todos los casos a nivel global.

El CPJ incluye en su listado las muertes de Francisco Romero Díaz, Norma Sarabia Garduza, Jorge Celestino Ruiz Vázquez, Nevith Condés Jaramillo y Rafael Murúa Manríquez.

Además, indicó que está investigando otros seis casos para determinar si el periodismo fue el motivo detrás de esos fallecimientos.

El CPJ analiza de manera independiente cada episodio y únicamente contabiliza aquellos que ha podido verificar, lo que explica que sus cifras difieran con las de otras organizaciones, por ejemplo las publicadas también este martes por Reporteros sin Fronteras (RSF), que elevan a 10 el número de periodistas asesinados en México este año.

En total, el CPJ denunció en su informe el asesinato de una decena de reporteros en el mundo durante 2019, entre ellos el de Leonardo Gabriel Hernández, de Valle TV, en Honduras.

El listado anual de la entidad analiza también el número de periodistas muertos en el ejercicio de su profesión, por ejemplo víctimas del fuego cruzado en un conflicto o cuando llevaban a cabo una cobertura de gran peligro.

En total, el CPJ confirmó la muerte de 25 profesionales este año, la cifra más baja en 17 años, gracias a la estabilización de algunas guerras y al menor número de asesinatos.

Siria, con 7, fue el país con más periodistas muertos en 2019, en su mayoría en fuego cruzado o bombardeos de las partes del conflicto, seguido de México, donde las cinco víctimas fueron blanco de asesinatos.

El CPJ apunta que el descenso de las muertes a nivel global se produce después de la indignación que han generado en los últimos años las muertes, entre otros, del columnista saudí Jamal Khashoggi y de la periodista de investigación maltesa Daphne Caruana Galizia.

«La disminución en la cifra de periodistas que murieron en el ejercicio de la profesión es algo que debemos saludar tras años de agravamiento de la violencia», señaló en un comunicado Joel Simon, director ejecutivo del CPJ.

«Sin embargo, no debe ser motivo para la autocomplacencia. La cruda realidad es que los enemigos de la libertad de prensa tienen muchos instrumentos a su disposición, como por ejemplo el encarcelamiento, las amenazas judiciales, el acoso digital y la tecnología de vigilancia, que cada vez es más sofisticada», subrayó.