El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) envió 300 mil vacunas contra el sarampión a Samoa, Fiji y Toga para hacer frente al actual brote de la infección viral que afecta a las tres naciones y amenaza con extenderse a otros países del Océano Pacífico.
En un comunicado, el organismo informó que las vacunas y otros suministros médicos fueron entregados a las poblaciones más expuestas al brote de sarampión en Samoa, Fiji y el Reino de Tonga, así como en los vecinos Vanuatu, las Islas Cook, Nauru, Niue, Tokelau y Tuvalu.
La ayuda busca hacer frente al brote de sarampión detectado en las naciones insulares y forma parte de la respuesta emitida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con apoyo del Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio de Australia y los Ministerios de Exteriores y Comercio de Nueva Zelanda.
Desde que el gobierno de Samoa declaró oficialmente el estado de emergencia por sarampión, el 15 de noviembre pasado, Unicef ha entregado 115 mil 500 dosis de vacunas, además de diluyentes, jeringas, cajas de seguridad y suministros de vitamina A.
Gracias al suministro de vacunas, el Ministerio de Salud de Samoa ha inmunizado con éxito a más de 33 mil personas en las islas de Upolu y Savai’i, desde el pasado día 20, cuando comenzó una campaña nacional de vacunación, destacó el comunicado de Unicef, publicado en su página Web.
En Fiji, Unicef ha entregado un total de 135 mil dosis de vacunas para combatir el brote de sarampión declarado el 7 de noviembre pasado, mientras que al Reino de Toga envío 12 mil inmunizaciones para hacer frente a la emergencia emitida el 24 de octubre.
El sarampión es una enfermedad altamente infecciosa transmitida fácilmente través de la respiración, tos y estornudos, ya que se propaga en el aire. Por lo general causa erupción cutánea, fiebre y manchas blancas en la boca, pero en complicaciones graves puede provocar ceguera, neumonía y daño cerebral.
La mayoría de las personas se recuperan de una infección de sarampión con un descanso de entre ocho y 10 días, comiendo bien y consumiendo muchos líquidos para evitar una deshidratación, debido a la fiebre que se presenta, antes de la erupción de pequeñas ronchas rojas que se extienden por todo el cuerpo.