Por Gerardo Lavalle
Calificar los narcotraficantes como “terroristas” es la rendija que buscaba Estados Unidos para intervenir militarmente en México.
Recordar que a raíz del 9/11 comenzó la cacería mundial en contra de los líderes y seguidores de Osama bin Laden y las consecuencias aún se viven en Afganistán, Irak y en otros países el globo terráqueo, porque los “terroristas” están en todo el mundo.
El pretexto perfecto para el imperio yanqui: en ese país hay terroristas…la ley patriota permite a Estados Unidos intervenir militarmente para capturarlos.
Donald Trump, en plena campaña para reelegirse halló el vellocino de oro: puede invadir a México en cumplimiento de sus “leyes internacionales”.
Invasión en puerta. Alerta roja en nuestro país. Quizá no pase nada. Pero ¿y sí ocurre?
Eso ocurre cuando un gobierno como el que encabeza Andrés Manuel López Obrador y quien ha delegado toda la relación de México con Estados Unidos en Marcelo Ebrard, cuyo mayor pecado es el exceso de protagonismo, coloca la alfombra roja para que Trump no se lastime sus enormes pies.
Es de aplaudir la declaración presidencial. ES cuestionable que el canciller no “la viera venir” y que la afirmación de Trump los haya tomado “por sorpresa”.
Ensoberbecidos, los dos, AMLO y MEC, por los “triunfos” y la buena relación con Estados Unidos, no valoraron las acciones emprendidas por Julián LeBaron en las que exigió a la Casa Blanca declarar “terroristas” a los criminales que operan en México.
El caos de hoy no tiene paralelo: en la mañana Ebrard hablaba de las buenas relaciones con Estados Unidos. A media tarde, le interrumpieron sus sagrados alimentos. El anuncio de Trump no era para menos.
Un comunicado de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que no una declaración del canciller, dio a conocer que se buscará el diálogo y que será “próximamente” con las autoridades estadounidenses para conocer el alance de las declaraciones de Trump.
Aunque se utilicen los canales diplomáticos, al señor Trump lo que le importa es ganar su reelección y uno de los puntos que lo apoyaría sería “invadir a México.
¡El gusto que les daría a los ultraderechistas derrotar a un gobierno supuestamente de izquierda! Porque, éste, el gobierno mexicano, ya le puso la alfombra roja.
