Según estimaciones del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública existen indicios de 2 mil 943 actos de violación sexual contra mujeres y niñas ocurridos en territorio mexicano, de enero a septiembre de 2019.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública consideró esa cifra con base en las llamadas de emergencia que la población realiza al número 911 y que son registradas en los Centros de Atención de Llamadas de Emergencia de las entidades federativas.
Los casos de abuso sexual reportados por esta vía ascienden a 4 mil 75 y los de acoso u hostigamiento sexual a 5 mil 704 en el periodo señalado, en tanto que los estados de Chihuahua y Baja California destacan por sus altas tasas de violencia sexual en sus modalidades de violación, abuso y acoso.
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, cuya temática de 2019 por impulso de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es “Pinta el mundo de naranja: Generación igualdad se opone a la violación”.
El secretario general de la ONU, António Guterres, señaló: “la violencia sexual contra las mujeres y las niñas tiene sus raíces en siglos de dominación masculina. No olvidemos que las desigualdades de género que alimentan la cultura de la violación son esencialmente una cuestión de desequilibrio de poder”, según el sitio digital un.org.
De acuerdo con cifras de la ONU, con sede en Nueva York, en el mundo una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual, sobre todo de un compañero sentimental, y solo la mitad de las casadas o que viven en pareja decide libremente sobre las relaciones sexuales, el uso de anticonceptivos y su salud sexual.
“Si me concedieran un deseo, bien podría ser erradicar totalmente las violaciones. Sería como ver desaparecer una importante arma de guerra de todos los conflictos, sería lograr que las niñas y las mujeres no tengan que calcular el riesgo diario en espacios públicos y privados, sería eliminar una afirmación violenta del poder, sería en definitiva un cambio para la sociedad”, indicó Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres.
“La violación no es un breve acto aislado. Daña el cuerpo y reverbera en la memoria. Puede tener consecuencias no deseadas que cambian la vida para siempre, como un embarazo o el contagio de una enfermedad. Sus devastadores efectos permanecen durante mucho tiempo y afectan a otras personas: familiares, amistades, parejas y colegas”, agregó.
La representante de ONU Mujeres alertó que el hogar no es un lugar seguro para las mujeres y adolescentes en el mundo, ya que el principal riesgo de violencia sexual procede justamente de su pareja o expareja, ya sean novios, compañeros sentimentales o maridos.
Indicó que la impunidad es casi una realidad universal en estos casos pues la mayoría no se denuncia y también porque más de la mitad de los países del planeta carece de leyes que tipifiquen explícitamente como delito la violación conyugal o que se basen en el principio del consentimiento.
“Quienes usan la violación como un arma conocen su demoledora fuerza para traumatizar y saben cómo aplasta la voz y la voluntad. Es un costo intolerable para la sociedad. Ninguna otra generación debe verse obligada a luchar con el legado de la violencia sexual ¡Somos Generación Igualdad y pondremos fin a la violación!”, agregó Phumzile Mlambo-Ngcuka.