*Discurso de Odio Contra de Familias Presidenciales
*Estériles Confrontaciones de AMLO Contra los Expresidentes
*Rompe una Regla de Oro que Prevaleció en México
*Las Proles Presidenciales Fueron Respetadas
*Los Sucesores Guardaron una Compostura
*Hoy la Presunta Trasparencia Propicia Cenas de Negros
Por Nidia Marín
La familia, sea mexicana o binacional, está en riesgo en México, no sólo por la acción desalmada de los delincuentes (asesinaron a 9 integrantes de los LeBarón), sino porque a nadie le importa la inseguridad que prevalece en el país y en cambio desde la cúpula de Palacio Nacional son capaces de arremeter contra un hijo de un expresidente.
Lo grave fue que el presidente mexicano al rechazar la solicitud de Donald Trump de actuar conjuntamente contra el crimen organizado, diera el pésame al estadounidense al mencionar que eran binacionales.
¿Y?, preguntamos nosotros. ¿No son seres humanos?
La verdad es que han sido días muy tristes para las familias en México, la inseguridad las está destruyendo, mientras la falta de respeto es la constante.
No lo había vivido. Confieso que desde que estoy en este mundo no me había enterado de que un presidente de la República se lanzara contra los hijos del anterior.
El discurso de odio en 2019 se acrecienta en México. La regla no escrita se rompe.
Anteriormente no era así, a pesar de muchas barbaridades que cometían a veces los más jóvenes y afectaban o lastimaban a personas de la comunidad no fueron balconeados y mucho menos exhibidos.
Por ejemplo, Luis Echeverría no exhibió nunca a los hijos de Gustavo Díaz Ordaz (y doña Guadalupe Borja), Gustavo, Guadalupe y Alfredo, quienes por lo demás eran hasta cierto tranquilos.
Tampoco José López Portillo, dijo pio en el caso de la prole (ocho) de Luis Echeverría Álvarez (y doña María Esther Zuno), muchachos tranquilones por cierto: Luis Vicente, María del Carmen, Álvaro, María Esther, Rodolfo, Pablo, Benito y Adolfo.
Miguel de la Madrid por su parte no tuvo nada que decir del orgullo del nepotismo de López Portillo (y de Doña Carmen Romano) José Ramón, y mucho menos de María del Carmen o de la inquieta Paulina.
A su vez, hubo prudencia de parte de Carlos Salinas de Gortari en el caso de los vástagos de don Miguel (y de la señora Paloma Cordero), Margarita, Miguel, Enrique, Federico y Gerardo, uno que otro de los menores sumamente travieso.
Ni que decir de Ernesto Zedillo Ponce de León que no mencionó a los niños Salinas (y de Cecilia Occelli) Cecilia, Juan Cristóbal y Emiliano, los cuales eran muy pequeños.
Vicente Fox no dijo palabra alguna acerca de los adolescentes (en su mayoría) hijos de Ernesto Zedillo (y doña Nilda Patricia Velasco), Ernesto, Carlos, Patricia, Emiliano y Rodrigo.
Otro mandatario que guardó silencio también fue Felipe Calderón respecto a los niños Fox: Ana Cristina, Paulina, Rodrigo y Vicente y a los muchachos hijos de Martha Sahagún (Manuel y Jorge Alberto Bribiesca).
Lo propio hizo Enrique Peña Nieto, acerca de los niños de Felipe Calderón (y Margarita Zavala), por cierto, muy pequeños durante su mandato.
Pero hoy, la tradición se rompió, en aras del odio político del actual mandatario.
Actualmente, se presenta ante nuestra nariz el caso del Presidente López Obrador, quien para seguirle tapando el ojo al macho de la calamitosa economía y de que a un año de haber arribado al poder la situación para los mexicanos está peor que antes no sólo en materia de inseguridad y combate al crimen, sino en desempleo y en el rubro que usted le busque, utiliza el amarillismo: en este caso la acusación contra el joven hijo de Felipe Calderón.
En ese afán y después de las acusaciones de diversa índole a millones de ciudadanos que no son de la preferencia del mandatario, imputó no solamente al ex titular de Educación, Aurelio Nuño y a Carlos Romero Hicks de estar tras los bots que circulan en las redes, sino también al hijo mayor de Calderón y Margarita, presuntamente en aras de la transparencia.
El expresidente y su esposa, desde luego ya defienden a su hijo Luis Felipe, hermano de María y de Juan Pablo.
Y como el que se ríe se lleva, ya empezaron a circular algunos cuestionamientos sobre los empleos que tienen los hijos del Presidente López Obrador: José Ramón, Andrés y Gonzalo y de qué viven “a costa de los mexicanos”.
Francamente la polarización, división, exacerbación del odio que lleva a cabo el Jefe del Ejecutivo Federal entre los mexicanos no traerá nada bueno.
Señala Yéssica Esquivel Alonso, doctora en derecho por la Universidad Complutense de Madrid:
“El discurso del odio, en términos generales, engloba todas aquellas “expresiones peligrosas” para la estabilidad del sistema democrático, entre las que encontramos ofensas, insultos y expresiones que discriminan a colectivos por condición de clase, género, color de piel, orientación sexual o etnia”.
¿Cenas de Negros? ¿Agresiones e irresponsabilidad para con las familias?
Así no, don Andrés Manuel.