En Tultepec, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer este miércoles que, tras nueve meses de excavaciones, lograron recuperar en este municipio mexiquense más de 800 huesos de mamuts, los cuales corresponden a 14 de estos animales.
El descubrimiento, que se dio a conocer en el Museo del Mamut, ocurrió el pasado 28 de enero en la Comunidad San Antonio Xahuento, donde se realizaba una excavación para la construcción de un relleno sanitario.
El equipo de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH calificó este hallazgo como “un contexto inédito de cacería y destazamiento de mamuts, que refiere el aprovechamiento del medio y la organización social alcanzados por los primeros pobladores de la Cuenca de México, hace aproximadamente 15 mil años”.
El arqueólogo Luís Córdoba Barradas informó además que en este sitio se encontraron dos trampas para mamut consideradas como las primeras en el mundo.
“Los cazadores recolectores debieron excavar grandes fosas para utilizarlas como trampas, debieron de tener 25 metros de diámetro y 1.70 de profundidad (…) por los datos de la excavación y los datos sobre otros restos localizados en la zona se puede pensar que los cazadores recolectores excavaron una o varias líneas de trampa”, apuntó.
Agregó que las trampas se consideran únicas porque no se habían encontrado en México, y en el mundo es poco común hablar de ellas, “siempre se pensó que los arrimaban a los animales a que cayeran en pantanos, en barrancas, es decir, trampas naturales, pero aquí son excavadas específicamente”, indicó.
Córdoba Barradas destacó que se ha buscado bibliografía sobre la existencia de estas trampas en el mundo, hechas por las bandas de cazadores, pero no se han encontrado. Agregó que en esta zona —conocida como “Tultepec 2“— podrían haber otras tres trampas, las cuales pueden explorarse con nuevos trabajos de investigación.
El arqueólogo dijo también que nunca se había encontrado una gran cantidad de huesos de mamut en un único sitio: “hay la referencia de Tocuila, cerca de Texcoco, ahí encontraron huesos de muchos animales, ahí encontraron restos de cinco mamuts, pero aquí estamos hablando de 800 huesos de mamut, ese es un dato de lo más relevante para el caso de México”.
Señaló que de los pocos huesos que no son de mamut; dos son vértebras y una mandíbula de camello y una muela de camello, además de unos huesos de aves. Hay evidencias de que los cazadores desarmaban por completo a los mamuts, mientras que a otros los destazaban por secciones anatómicas, enfatizó.
Otro hallazgo importante, comentó el experto, es la marca que tiene un cráneo y que habla del ataque con lanza por parte de los cazadores recolectores: “tiene poco más de 15 centímetros de largo, es un canal donde se ve que el arma pegó de frente y resbaló, no se clavó en el hueso”.
Detalló que este dato es importante porque, de acuerdo a las teorías que había o hay sobre la posibilidad de que los cazadores atacaran directamente a los mamuts, ésta es una prueba de que sí había ataque directo.
Todo el conjunto de datos, estratigráficos, vulcanológicos y los restos en sí recolectados a lo largo de la excavación, son indicios inequívocos de una presencia humana hace aproximadamente 14 mil 700 años en la Cuenca de México, señaló arqueólogo Luís Córdoba.