Las cantantes Omara Portuondo y Regina Orozco cerraron la noche de ayer martes la gira de su disco Pedazos del corazón con un acariciante concierto en el Complejo Cultural Los Pinos.
Fue una noche de ronda, diluvio de estrellas, palmera y mujer en la que la diva cubana y la soprano mexicana homenajearon al amor en todos sus matices, lo mismo al romántico y apasionado que al despechado y desgarrador.
Unas 4 mil 500 personas, según cifras de la Secretaría de Cultura federal, organizadora de la presentación, disfrutaron de forma gratuita de las 23 canciones de ese carismático dueto, al cual ovacionaron y vitorearon de principio a fin, y cuyos temas acompañaron a coro a la menor provocación.
Integrado por canciones de Agustín Lara y Álvaro Carrillo, el programa constó de tres grandes bloques. El primero, a cargo de Regina Orozco; el segundo, de Omara Portuondo; y en el último, ambas cantantes a dúo.
Fueron los mismos esquema y repertorio que emplearon en su concierto para inaugurar el Festival Internacional Cervantino hace un par de semanas y el del pasado día 16 en el Palacio de Bellas Artes.
“¿Quién se iba a imaginar que un concierto de una mujer, digamos, talla extra y otra que vive en un país comunista se iba a hacer en Los Pinos?”, destacó Regina Orozco para comenzar el viaje musical.
Antes, el grupo Saltapatrás se encargó de calentar el ambiente, un tanto frío por lo fresco de la noche y porque la presentación tuvo lugar al aire libre, en el helipuerto de la otrora residencia presidencial, mediante una serie de cinco sones de Guerrero y Veracruz, así como un mensaje de paz.
“Siguen las balaceras en el país. Es difícil no bajar el ánimo y continuar con la vida. Pero es una gran felicidad continuarla haciendo música. Necesitamos menos violencia y más música», expresó la cantante del grupo, quien dedicó la actuación a las familias de los desparecidos en México.
Entre un tema y otro, Regina Orozco relató el origen del citado material fotográfico. Contó de su viaje a Cuba para convencer a la llamada Reina del feeling y de cómo una primera grabación permanece enlatada debido a que rompió con su pareja sentimental, quien fue el pianista en ese material.
Con 100 minutos de duración, la velada transcurrió entre reflexiones sobre el amor y sus demonios y temas como María bonita, Farolito, Veracruz, Piensa en mí, Un poco más, Sabor a mí y Seguiré mi viaje.
Al finalizar, el público, sin importar que la mayoría permaneció de pie ni el indecente frío de la noche, pedía más, a lo que las cantantes accedieron con rolas del alma cubana, como Lágrimas negras, Dos gardenias y 20 años, emblemáticos del repertorio de Omara Portuondo, quien a sus casi 89 años (los cumple el 29 de este mes) ostenta una voz de trueno y terciopelo.
Entre ensordecedoras ovaciones para las intérpretes, la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, subió al escenario a entregarles sendos ramos de flores.