La corrupción es un “impedimento fuerte” para el desarrollo de los países, advirtió este martes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que pidió reorientar la lucha contra ese flagelo y fortalecer las instituciones.
Así lo señaló Frédéric Boehm, analista de políticas de la Dirección de Integridad de la OCDE, al intervenir en la primera “Conferencia Hemisférica: Corrupción y sus posibles soluciones”, que se celebra en la ciudad de Cali, Colombia, con la participación de organismos internacionales y gobiernos de América.
“Es clave pensar qué significa la corrupción”, dijo Boehm quien señaló que la OCDE no solo promueve el crecimiento económico “sino un crecimiento incluyente que mira otros factores, que mira más que la renta económica”.
En este encuentro se busca dar el primer paso para crear una corte internacional anticorrupción y se abordan además los desafíos y soluciones en América para luchar contra ese delito.
El funcionario detalló que la corrupción es perjudicial para las empresas, pues afecta de forma directa su producción al tener que destinar recursos para “pagar sobornos” y no en otros aspectos.
“Pero los efectos indirectos son incluso más fuertes y es que la corrupción sesga las decisiones. La corrupción implica un sesgo, una mala asignación de los recursos y eso afecta la competencia, la innovación, el capital humano y el capital físico”, agregó Bohem.
De igual forma, señaló que ese delito es la “antítesis de la competencia” y “socava incentivos a la innovación”, pues las compañías sacan mayor provecho si invierten en “estrategias de cabildeo” y no en la mejora de sus productos.
Bohem dijo que la corrupción deteriora la educación, la salud pública y el capital humano al desviar los recursos públicos destinados a estos campos.
Debido a ello, pidió que las acciones de los gobiernos vayan más allá de sancionar a los corruptos, pues “la experiencia” ha demostrado que no es suficiente, por lo que pidió “fortalecer a las instituciones”.
“Una buena gobernanza va más allá de más controles y sanciones”, dijo, pues la corrupción es como Hidra de Lerna, el monstruo de la mitología griega que podría reconstruir dos cabezas por cada una que le era amputada.
En esta misma línea se expresó Héctor Schamis, asesor del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, al afirmar que la corrupción empobrece porque “en definitiva frena el crecimiento económico”.
“El Estado está capturado por estos esquemas de corrupción, ha erosionado los poderes judiciales de manera dramática, ha secuestrado la democracia y con ello por supuesto la política pública y retarda el crecimiento porque retarda la política fiscal y monetaria”, manifestó.