Una caravana de casi tres mil migrantes comenzó a disgregarse bajo presión de fuerzas de seguridad mexicanas, que agredieron a algunos de los extranjeros que la componían, según denunció el activista Luis García Villagrán, mientras el Gobierno afirma que actuó con respeto a los derechos humanos.
Después de estar varados más de seis meses y cansados de los engorrosos procesos de migración, hombres, mujeres, niños y jóvenes centroamericanos, caribeños y africanos salieron el sábado antes de las 05:00 h del parque central de Tapachula, Chiapas, fronterizo con Guatemala, con las pocas pertenencias que los acompañan.
Los migrantes, la mayoría procedentes de El Salvador, Guatemala, Cuba, Haití, República Democrática del Congo, Angola y Camerún, emprendieron la marcha por la carretera costera que conduce al estado sureño de Oaxaca.
A eso de las 05:30 h, la caravana pasó sin contratiempos el primer filtro de seguridad, ubicado en el puente Viva México, ante agentes de la Policía Federal, el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional, frente a los cuales gritaron “¡Adiós, Tapachula!”.
Los migrantes, que caminaron durante el día bajo el sol a unos 35 grados centígrados, explicaron a Efe que tomaron esta decisión porque en Tapachula no tenían las condiciones para permanecer en espera de los documentos que les permitan transitar por México rumbo a Estados Unidos.
Un joven que dijo llamarse Jack, procedente de la República Democrática del Congo y quien viaja en bicicleta, declaró a Efe que su intención es llegar a Estados Unidos y de allí continuar hasta Canadá con el objetivo de estudiar.
Otro migrante, llamado Kasin Yurup y procedente de Angola, dijo que decidieron salir de Tapachula porque allí no han encontrado trabajo y porque el INM no les da permisos de tránsito pese a que llevan meses esperando.
Luis García Villagrán, abogado y activista por los derechos de los migrantes, quien les ha ayudado en sus trámites de solicitud de refugio, dijo vía telefónica a Efe que este éxodo ha comenzado a disgregarse porque un grupo se adelantó rumbo al municipio de Huixtla mientras que otros, principalmente mujeres y niños, se quedaron rezagados y fueron interceptados por dos centenares de agentes de las fuerzas de serguridad.
“Nos cayeron como que hubiera una guerra, más bien hay una guerra sórdida acá. Estaba con mi esposa y llegaron como unos 200 agentes, entre Migración y Guardia Nacional. Les mostramos que todos traían documentación, que todos eran solicitantes de refugio. Entonces empezaron los jalones, de los jalones se llegó a los golpes. Se llevaron incluso a niños al hospital”, afirmó.
Dijo temer “lo peor en un posible enfrentamiento” de los migrantes de la avanzada y las fuerzas de seguridad cerca de Huixtla, “porque los compañeros han decidido enfrentar lo que tengan que enfrentar, porque han recorrido el mundo literalmente para ser detenidos de esta manera”.
“Estamos haciendo responsables a doña Olga Sánchez Cordero (secretaria de Gobernación), al mismo presidente Andrés Manuel López Obrador y sobre todo a este nazi represor que es Francisco Garduño (comisionado del INM)”, expuso el activista.
Finalmente, hizo un llamamiento al presidente mexicano a que intervenga para que “no corra sangre”.
Por su parte, el INM emitió un comunicado en que asegura que “con pleno respeto a los derechos humanos llevó a cabo acciones para invitar a las personas extranjeras que conformaron el contingente que partió de la ciudad de Tapachula a acudir al Instituto para conocer las opciones de regularización de su estancia en el país”.
Añadió que, después de que las autoridades migratorias dialogaran con ellas, “las personas extranjeras accedieron a subirse al transporte que el INM les proporcionó para trasladarlos a la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula”.
“Cada uno será atendido de manera personalizada y con quienes corresponda se dará inicio al procedimiento administrativo migratorio o en su caso se procederá al retorno asistido a sus países de origen”, indicó.
Desde hace casi dos meses migrantes extranjeros varados en Tapachula han realizado numerosas protestas en demanda de que se agilicen sus trámites para transitar por México y dirigirse a Estados Unidos.
La presión ha sido especialmente intensa por parte de migrantes africanos, que han protagonizado enfrentamientos con miembros de fuerzas de seguridad mexicanas.
Desde octubre de 2018 se registró un fuerte aumento del flujo de migrantes, en su mayoría centroamericanos, que acceden a México desde Guatemala con el objetivo de llegar al territorio estadounidense.
A principios de junio pasado, EE.UU. y México llegaron a un acuerdo migratorio que evitó que el primer país impusiera aranceles a todos los productos mexicanos.
A raíz de ello, México envió a sus fronteras a la Guardia Nacional, lo que ha provocado en estos meses una reducción del 58.7 por ciento del flujo migratorio.