*Habitantes Dispuestos a Conformar Autodefensas
*Punto Clave de la Delincuencia Común y la Organizada
*Sálvese Quien Pueda: Otra Guerra está en Puerta
*Habrá Émulos, de Néstora, “El Abuelo” y Mireles
Por Nidia Marín
¿Autodefensas en “la Condechi”?
Mientras el Ejército y la Marina logran decomisos de armas, ahora surgen voces que desean comprarlas… con el tiempo porque pretenden defenderse con autodefensas en la colonia Condesa (de acuerdo a nota publicada en El Sol de México el pasado 30 de septiembre) para evitar que el actual galope de la delincuencia en esa zona habitacional y comercial de la Ciudad de México se convierta en carrera imposible de frenar.
Para allá vamos, no sólo en aquella zona de la alcaldía Cuauhtémoc, sino en muchas otras como la Benito Juárez, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Álvaro Obregón, Coyoacán, Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan y demás.
Las autoridades capitalinas requieren una investigación a fondo de la problemática de la delincuencia común y de la organizada y en que punto de la acción delictiva es donde se encuentran para actuar en contubernio.
No sabemos que sucedió con todos los estudios, investigaciones, diagnósticos realizados durante tantos años por las policías y los investigadores, lo que si suponemos es que los recortes de presupuesto realizados a lo estúpido están cobrando las facturas a la población que, hoy, desgraciadamente ya piensa defender su seguridad mediante grupos que a la larga sólo se han convertido en una buena parte del problema en las entidades donde han actuado. Léase Michoacán, Guerrero, Oaxaca y demás.
Hoy aquellas autoridades no solamente tienen que luchar contra los delincuentes de las diversos carteles y células del crimen organizado (además de la delincuencia común) que siguen actuando, sino también contra las autodefensas que han agravado el problema.
Ahí están las masacres constantes, los asesinatos de cada día, los ajustes de cuentas, la sangre, pues, que escurre por las calles de los diversos poblados o que “fertiliza” los campos de las entidades de la República.
No sabemos el momento exacto en que todo se echó a perder, lo que si sabemos es que ocurrió entre los años noventa y lo que va del siglo XXI. Son varios los gobiernos que no supieron hacer su trabajo en materia de seguridad (el actual tampoco) y son varias las generaciones de mexicanos cuyos recuerdos infantiles y juveniles se relacionan solamente con la violencia y la muerte.
El planteamiento de Enrique Guerra Manzo, profesor investigador de la UAM Xochimilco expone la visión que se tiene de estos grupos. Dice en la introducción de su trabajo “Las autodefensas de Michoacán. Movimiento social, paramilitarismo y neocaciquismo” (SciELO Analytics).
“Uno de los fenómenos contemporáneos que más ha confundido a la opinión pública es el caso de las autodefensas de Michoacán, surgidas el 24 de febrero de 2013. Basta una rápida mirada a los artículos de opinión que aparecen en los periódicos, noticiarios de televisión o sitios web, para dar cuenta de ello. Por ejemplo, Facio dice que las autodefensas no son otra cosa que “grupos de paramilitares”. Beltrán del Río considera que es difícil comprar la idea de que las autodefensas son grupos que se hartaron del crimen organizado. Sus armas y camionetas delatan otra cosa, parecen otro cartel. Otros observan en las autodefensas una expresión auténtica de un reclamo social que no puede asegurar el Estado: la seguridad. Krauze cree que se trata de grupos que oscilan entre el riesgo de la colombianización o fungir como un verdadero movimiento social que posibilite el arraigo de la democracia en Michoacán. Escalante opina que las claves del conflicto son locales y obedecen a una crisis de mediación política: el viejo caciquismo se desmoronó con la transición y emergen nuevos brokers que buscan asegurar el orden local”.
Usted juzgue, ahora tomarán la capital del país émulos de gente tan sabia, tan valiosa y tan prudente como Hipólito Mora, Néstora Salgado, “El Abuelo” y José Manuel Mireles Valverde.
De pena ajena.