Manifestantes en Hong Kong arrojaron ladrillos y bombas incendiarias a la policía, que respondió con gases lacrimógenos.
El inicio de la marcha fue pacífico. Los manifestantes exigían la eliminación de los postes por temor a que contengan cámaras de alta tecnología y software de reconocimiento facial empleado por las autoridades
Tras la marcha, cientos de manifestantes vestidos de negro, armados con palos de bambú y bates de béisbol, enfrentaron a la policía antimotines en una arteria principal.
Las escenas caóticas se produjeron frente a una comisaría y un centro comercial vecino, donde los manifestantes alzaron barricadas contra los agentes.
La violencia interrumpió dos semanas de calma en Hong Kong, remecido por un vigoroso movimiento por la democracia desde junio.