La comparecencia que presidió el protagonista de la obra teatral El Cavernícola, diputado morenista y viajero frecuente de memes en redes sociales, Sergio Mayer, se vio marcada por acusaciones de moches surgidos de negociaciones “en lo oscurito” entre el actor y perredistas, así como por acusaciones de bloqueos contra sus compañeras de fracción parlamentaria.
La acusación fue directísima: que Mayer, aseguran sus compañeras de partido, cobra 30 por ciento de lo presupuestado a obras en municipios (simulando proyectos culturales) y que negoció con perredistas diferentes temas a cambio de permitirles atacar a la secretaria de Cultura durante su comparencia en San Lázaro.
Y en verdad que las diputadas de Morena salían a dar la cara por Alejandra Frausto, atacada por legisladores de los partidos minoritarios bajo la aparente complacencia del presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía en San Lázaro.
La combativa morenista Inés Parra –como ella misma se define– hizo uso del derecho a hablar y habló pese a los intentos de Mayer por acallar quejas. El actor tuvo que tomar en persona la acusación de recibir “moches”. La morenista asegura que eso es lo que se esconde detrás de seis programas culturales previstos en el Ramo 48 Cultura, titulado Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados.
“Soy muy clara, directa, y transparente”, dijo Parra a Crónica, quien junto con María de los Ángeles Huerta (también de Morena) cuestionó el formato de la comparecencia. Indicó que en Coyomeapan, municipio enclavado en la Sierra Negra de Puebla, con alrededor de 30 mil habitantes, se construyó una casa de cultura que ha resultado ser más bien la casita del presidente municipal, David Celestino Rosas, de Antorcha Campesina.
Y agrega: “En Tlaxcala también me pude dar cuenta que los gobiernos usan a su conveniencia el lenguaje. Dentro de los apoyos a los programas de este ramo se señala que habrá recursos para las actividades de fomento a festivales culturales no comerciales: ¡Les pagan a grupos de música de banda! Y para ellos eso es cultura”, advirtió Inés Parra, quien es diputada por el Distrito 4 de Puebla y nacida en Ajalpan.
Tras estos señalamientos, Sergio Mayer retó a sus compañeras: “Si tiene pruebas de lo que me señala denuncie, ¡Pero ya!”.
Y a María de los Ángeles Huerta le dio una opción: “Si no le gusta el formato de la comparecencia, retírese”.
En medio de estas disputas entre legisladoras y un presidente de comisión que no estaba claro si la arropaba o no, Alejandra Frausto pasaba entre sus dedos de la mano izquierda su pluma y, en una ocasión, de plano se vio dominada por un pequeño ataque de risa.
Tras más de dos horas de comparecencia, Mayer Bretón dio por clausurada la sesión. Antes, con el micrófono apagado, la diputada Huerta le lanzó: “Te dijimos que no queríamos comparecencia. Voy a pedir que te quiten la presidencia de la comisión”.
Esto también lo secundó Inés Parra, quien además agregó que pedirá que se realice una revisión al proceder de su compañero de bancada, y más porque ella es secretaria de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría de la Federación en San Lázaro. “Aquí se volvió dar el clientelismo político de varios diputados que siguen en la vieja práctica del intermediarismo y siguen con la dádiva para satisfacer únicamente sus intereses personales”.
Cuando Mayer presumió haber conseguido un aumento al presupuesto para cultura, Inés Parra señaló que Mayer ha pedido hasta 30 por ciento de comisión en materia de construcción, en obras. Es decir, que ha revivido los famosos moches en obras que, contra natura del Poder legislativo, se definen en San Lázaro para diversos municipios.
Aproximadamente a las 20:00 horas fue enviado un comunicado en el que se expresaba que el Grupo Parlamentario de Morena daba su apoyo al legislador-actor y rechazaba “las acusaciones sin fundamento que se hicieron hacia nuestro compañero”.
“El documento no está firmado por nadie”, aclaró Inés Parra a Crónica cuando se le consultó.
Mayer se vio nuevamente, en el ojo de un huracán que, muy probablemente, le dará continuidad a una muy comentada presidencia en la Comisión de Cultura de San Lázaro.