La inseguridad es el gran fracaso en el estado de Nuevo León, ya que el número de homicidios dolosos creció 154% en los primeros cinco meses de cada año en el periodo 2015-2019, de acuerdo con Mario Luis Fuentes, director de México Social.
El politólogo y economista recordó que una de las principales promesas de campaña de Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, gobernador de Nuevo León, fue abatir la inseguridad en su estado.
Este año ha sido el más violento en Nuevo León en lo que va de la administración de Rodríguez, pues entre enero y mayo se cometieron 401 homicidios dolosos, cifra que es ya casi similar al total de 2015, año en el que se contabilizaron 450 víctimas, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Los datos oficiales muestran un franco proceso de descomposición de la seguridad pública en Nuevo León, lo cual ha llevado a que 2019 sea el año más sangriento de la entidad en la presente administración. Los datos muestran que para los primeros cinco meses de 2015 se habían contabilizado 171 homicidios dolosos, esto es, 1.14 casos por día.
Para 2016, la cifra se ubicó, para el mismo periodo, en 283 casos, es decir, un promedio diario de 1.8 casos por día. Para 2017, el indicador fue de 277 víctimas de homicidio doloso para los primeros cinco meses del año, equivalente a un promedio de 1.84 casos por día.
Para 2018, la situación registró un ligero descenso para los primeros cinco meses, con 248 víctimas de homicidio doloso, equivalente a 1.65 casos por día; mientras que para 2019 se tiene un registro de 401 víctimas; es decir, 2.67 casos por día, promedio 2.34 veces superior al registrado en los primeros meses de 2015.
Los datos del SESNSP muestran que en Nuevo León se vive un acelerado proceso de descomposición de la seguridad. En efecto, en 2015, en total se registraron 450 víctimas de homicidios dolosos; para 2016 la cifra creció en 42%, al contabilizarse 641 víctimas; para 2017 la cifra se estabilizó en 613 casos; pero en 2018 se tuvo un nuevo y significativo incremento, llegando a 746 casos; es decir, 21% más que en 2017, pero 65% superior a lo registrado en 2015.
Para 2019, si continuara la tendencia de 2.67 homicidios diarios, al finalizar el año se estaría ante una cifra aproximada de 975 homicidios dolosos, lo cual terminaría de ratificar el rotundo fracaso del gobierno del estado en garantizar la seguridad.
Uno de los indicadores más relevantes que se utilizan para dimensionar hasta dónde la violencia homicida se vincula a la delincuencia organizada o la delincuencia común es el porcentaje de casos en que las víctimas fallecen por disparo de arma de fuego.
De los 450 casos registrados en 2015, 51.3% fueron cometidos por disparo de arma de fuego; en 2016, de los 641 casos totales, 358 fueron por arma de fuego, es decir, 55.9%; para 2017, de los 613 casos registrados, 405 fueron cometidos con arma de fuego, es decir, 66.1%. Para 2018, de los 746 casos totales, en 548, las víctimas fallecieron por impacto de bala; mientras que en los primeros cinco meses de este 2019, de los 401 casos registrados, 329, es decir, el 82% han sido perpetrados con armas de fuego.