El Senado de la República abrió la puerta al debate sobre la propuesta del gobierno federal de incrementar de 18 a 21 años la edad mínima para consumir alcohol y tabaco.
A través del senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, se planteó la necesidad de discutir el tema desde un parlamento abierto, donde se escuche a académicos, sicólogos, criminólogos, penalistas y especialistas en adicciones.
“Vamos a intentar hacer un parlamento abierto. Yo no creo en leyes draconianas ni tampoco creo que se vaya a eliminar o reducir la delincuencia reduciendo la edad.
“Los legisladores quieren que discutamos y en parlamento abierto escucharemos a especialistas”, expresó.
Sin embargo, el legislador se mostró escéptico sobre si cambiar la edad para consumir alcohol y tabaco ayudará. “Es el momento de discutirlo. Yo creo que es un planteamiento correcto, pero no me adelanto a lo que pueda venir en los próximos meses”, enfatizó.
Bajo el mismo argumento opinó el diputado panista, Éctor Jaime Ramírez Barba, quien aseguró que no hay sustento estadístico para afirmar que subir de 18 a 21 años la edad legal para consumir alcohol inhiba su consumo.
“Bajo qué argumento, el Estado mexicano va a sostener esta iniciativa, si la mayoría de edad legalmente reconocida es de 18 años”, indicó.
“Si alguien a los 18 años ya puede conseguir alcohol, ¿ una reforma que cambie la edad dejará de hacerlo”, cuestionó el secretario de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados.
Reconoció que, tal como lo argumenta el comisionado, consumir alcohol antes de los 21 puede afectar a un cerebro en formación. Sin embargo, agregó, el país no debe encaminarse a una “dictadura sanitaria”.
Erasmo Serrato Auld, experto en el combate a adicciones, señaló que esto traería beneficios desde el enfoque médico, pero favorecería la venta ilegal.
“Sería complicado, a la larga sería un beneficio enorme, sobre todo desde el punto de vista médico, los riesgos a la salud están estudiados y comprobados: entre más se logra postergar el inicio de consumo de bebidas alcohólicas sería mucho mejor para la salud, pero favorecería la venta ilegal como una consecuencia a corto plazo”, dijo.
En tanto, Jacobo González, quien labora en Unidad de Internamiento en Iztapalapa de los Centros de Integración Juvenil, señaló que el planteamiento es viable siempre y cuando vaya acompañado de campañas sobre cómo revalorar la edad para consumir alcohol, además que a largo plazo ayudaría a disminuir la mortandad por accidentes causados por consumo de alcohol. Con información de Nayeli Cortés y Diana Martínez.