En Francia se está preparando un “terremoto popular” para reposicionar a la izquierda y estará inspirado en el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Así lo aseguró el líder izquierdista francés Jean Luc Mélenchon (Marruecos, 1951), quien se inspira en el cambio de régimen en México y la llamada Cuarta Transformación y reconoce el momento difícil por el que atraviesan los movimientos progresistas en Europa.
“Necesitamos tanto el éxito de México, porque se daría prueba que se puede elegir otro camino más tranquilo y más preocupado por los seres humanos”, indicó el dirigente de la llamada “Francia insumisa”, quien hace dos años fue candidato a la presidencia y obtuvo casi el 20 por ciento de los votos, lo que significó una alerta para el capitalismo francés.
“Voy a volver a mi país diciendo: los mexicanos son capaces de hacerlo, entonces nosotros ¿por qué no?”, señaló en entrevista con Notimex el político que ha sido diputado, senador y secretario de estado.
Mélenchon, quien la semana pasada se reunió con el presidente López Obrador y legisladores de Morena, reconoció el combate a la corrupción que inició el gobierno federal, pues permite liberar recursos para canalizarlos a políticas sociales.
“Estoy seguro que en mi país también hay que organizar una lucha contra la corrupción, que sea del mismo nivel que aquí”, explicó el hijo menor de un jefe del servicio postal y una maestra de primaria.
Reiteró que en Francia continuará la lucha y se han registrado 32 semanas de insurrección ciudadana comandada por los “chalecos amarillos”, el movimiento social de protesta formado en octubre de 2018.
“Hoy en día no se ve tanto, pero sigue el proceso y también sigue la violencia del poder, de los poderosos, y esto no lo va a soportar el pueblo francés.
“Tengo que decir francamente a mis amigos de toda América Latina: hoy día hay un peligro de la ultraderecha en Europa y cualquiera que sea la forma de la izquierda o de los movimientos populares progresistas, es un momento difícil”, anotó.
El también académico atendió la entrevista en un café tradicional en la colonia Postal de la Ciudad de México, donde lo saluda la mayoría de las personas que caminan hacia el parque Odesa y le piden tomarse la foto, a lo que accede con cordialidad.
Una mujer busca entre sus pertenencias una figura de fieltro de unos 20 centímetros del presidente Andrés Manuel López Obrador y se la regala al activista francés, quien la muestra para tomarse la fotografía y lo guarda en la bolsa izquierda de su saco.
Jean Luc Mélenchon aseguró que el caso político de México es “único en el mundo”, pues hubo una ola democrática de tal magnitud en la elección presidencial del año pasado, que le permitió a Andrés Manuel López Obrador obtener 53 por ciento de los votos y llegar a la Presidencia de la República.
“Eso es un hecho que no implica únicamente a los mexicanos. Es un hecho político de valor continental y mundial. No hay otro lado en el mundo donde una sociedad democrática actúe de esa manera”, señaló.
Aclaró que no conoce bastante a la sociedad mexicana como para decir que ya ha visto lo que se está viviendo; “lo que sí entiendo es de cuál naturaleza es el cambio, eso sí. Este cambio da prioridad hoy en día a los humildes, los pobres, la gente que quiere vivir dignamente de su salario y no a la oligarquía”.
Dijo que se trata de un movimiento fundamental porque representa que las normas han cambiado y eso es “muy fuerte”, pues han sido innumerables los países que han trabajado en el sentido contrario.
“Hasta mi propio país hoy en día está gobernado dando prioridad a los ricos y no a los otros; pensamos de una manera muy ideológica que lo que ganan los ricos va después a venir hasta los pobres y eso nunca ocurrió”, dijo Mélenchon.
A su parecer, en una sociedad como la mexicana, con mucha pobreza, la transformación es fundamental; y en Europa “tenemos que anotarlo y aprender”, tan sólo Francia y Alemania, que son dos de las más poderosas potencias en el mundo, hay registrados nueve millones y 13 millones de personas en situación de pobreza, respectivamente.
En la charla, mientras da pequeños sorbos a su café, el hombre de 67 años recuerda haber incursionado desde los 16 en la política de su país, y muestra sus reservas en cuanto a los personajes que lo han marcado, los libros que le han dejado huella y la música que escucha.
“Uh, mire, a esta pregunta puede contestar un hombre joven, yo no. Hay tantos libros en mi vida, tantas personas, vivos o muertos. Ocurrió que muchos de los amigos comprometidos en la lucha política de aquí, de América del Sur, murieron en la lucha. Entonces es muy difícil”, explicó.
El dirigente de Francia Insumisa dijo que hoy en día el mundo es “frío”, de consumo irresponsable, y relató que en esta visita a México caminó en una plaza central de un pueblo cercano a Xalapa, Veracruz, y vio a la gente en familia, pasando su tiempo hablando, riendo, bailando, lo que “no tiene nada que ver con el mundo frío del Centro Comercial”.
“Entonces hay una forma de resistencia popular enraizada en el pueblo que me impresiona mucho y eso es un mensaje para el mundo: la vida no puede ser resumida al consumo”, consideró.
Se definió como un luchador que no para nunca, que en los momentos fuertes lucha por sus causas y en los débiles también, pues “tenemos nosotros una responsabilidad muy grande hoy en día, quien permanece en esta forma de lucha y del ideal de humanismo que está sorprendiendo en Europa”.
En su opinión, Europa es capaz tanto de lo peor, como de lo mejor “y el mejor es el punto de apoyo, y es por eso que necesitamos tanto el éxito en México, porque se daría prueba que se puede elegir otro camino”.