En su informe, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que “ya no se tolera la corrupción desde la Presidencia. Están prohibidos el nepotismo, el amiguísimo el influyentismo y cualquier otra práctica del antiguo régimen”.
Informó que se redujo el robo de combustible en 94 por ciento, lo que va a permitir un ahorro de 50 mil millones de pesos en el abasto de gasolinas. «Se acabó el huachicoleo», sostuvo.
La corrupción y el fraude electoral fueron reclasificados como delitos graves. “Ya se canceló la condonación de impuesto a potentados influyentes; desapareció el Estado Mayor Presidencial y los ocho mil elementos de élite que cuidaban al Presidente pasaron a la Defensa Nacional y muchos a la Guardia Nacional para proteger al pueblo. Sigo recorriendo el país sin guardespaldas”, mencionó.
También dejó de existir el Cisen y “los opositores a nuestro gobierno no son espiados como era antes”, explicó.
López Obrador comentó que el funcionario público debe ser “siervo de la nación y tendrá que acostumbrarse a vivir en la justa medianía; el gobieno no es para hacer ricos, sino para servir al pueblo”.
Se suprimieron las pensiones a ex presidentes, ya no hay cajas especiales ni privilegios y no se han comprado vehículos, al contrario se vendieron, y lo obtenido se entregó a dos municipios pobres de Oaxaca. Además de que están en venta el avión presidencial y 72 aeronaves que usaban altos funcionarios, dijo el mandatario.
Además se bajaron sueldos “y ya nadie gana gana más que el presidente de la República. Me reduje el sueldo a la mitad de lo que ganaba (Enrique) Peña (Nieto”, explicó.
El titular del Ejecutivo añadió que “todo lo confiscado a grupos delincuenciales de cuello blanco se devuelve a través del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado”.