*Las Decisiones Tomadas Evidentemente Discutibles
*Difícilmente se Alcanzarán los Resultados Presidenciales
*Del Incremento de la Delincuencia y la Criminalidad
Por Alejandro Zapata Perogordo
Las prioridades de la presente administración se fijaron desde un inicio a través de un discurso con contenidos y compromisos qué alentaban la esperanza de un cambio de fondo y, por lo tanto, invitaban al apoyo para lograr la transformación: el combate a la corrupción; a la inseguridad y violencia; acciones para erradicar la pobreza; y un crecimiento del cuatro por ciento anual, constituyen promesas que ameritan respaldo.
Los cuestionamientos -cada vez mayores- se han presentado frente a los hechos; las acciones y decisiones implementadas y tomadas son evidentemente discutibles en relación a los objetivos planteados, pues difícilmente se alcanzarán los resultados previstos en la narrativa presidencial, por el contrario, al transcurrir el tiempo, observamos déficit derivado de muchas de las medidas adoptadas que sugieren ser contraproducentes.
Sin ir más lejos, para nadie es un secreto que la pobreza se combate con empleo, por supuesto bien remunerado y sin duda, con desarrollo regional, sobre este aspecto se puede abundar mucho. No obstante, las inversiones productivas se encuentran detenidas causando un proceso de desaceleración y se especula que en algunos meses estaremos en recesión, las calificadoras proyectan un crecimiento mínimo del uno por ciento del PIB para este año, debido en buen grado por la falta de certidumbre.
En la última reunión con empresarios le solicitaron corregir el camino al ejercer los recursos públicos, subir la inversión con alto valor agregado y otorgar certidumbre con una visión estratégica de mediano y largo plazos, lo que implica la construcción de políticas públicas diferentes a las aplicadas en estos siete meses.
Por otro lado, es claro que en los últimos años la corrupción llegó a extremos nunca antes vistos, lo escandaloso de esa práctica provocó inclusive que se hiciera una reforma constitucional para crear el Sistema Nacional Anticorrupción, que de poco ha servido. No vemos cancelación de contratos, ni tampoco malos funcionarios en la cárcel, únicamente la revocación del proyecto del aeropuerto que propició desconfianza ante la comunidad internacional.
El tema de la inseguridad y la violencia también tiene sus bemoles, se aborda desde una perspectiva parcial cuando su enfoque debe ser integral. El incremento de la delincuencia y la criminalidad seguramente estaba contemplado, pues al haber cambios en los gobiernos existen ajustes, sin embargo, la Guardia Nacional es otra corporación adicional de carácter represivo que por sí sola no podrá tener la eficacia requerida. Es esencial contar con programas efectivos de prevención inexistentes hasta ahora, dónde participen los gobiernos municipales en conjunto con la sociedad, en caso contrario, como actualmente se observa, seguiremos padeciendo la incontrolable ola permanente de violencia… dios nos agarre amparados.