Tantas han sido las dudas de la industria farmacéutica sobre la nueva licitación de medicinas y diversos productos sanitarios o médicos que requiere el sector salud, que la junta de aclaraciones no quedó saldada el viernes pasado y tuvo que extenderse este lunes, aseguró en entrevista Guillermo Funes Rodríguez, vicepresidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) y coordinador de la cadena productiva salud del organismo.
La licitación abarca alrededor mil millones de unidades, entre cajas de medicamentos y otro tipo de insumos sanitarios, con un valor conjunto de entre 15 mil millones de dólares y 20 mil millones de pesos, precisó el empresario, quien hasta marzo de este año también fue presidente de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma).
El proceso se sigue retrasando toda vez que el fallo original de la licitación estaba programado para el 20 de junio, “pero eso no va a ser posible y se tiene que fijar nueva fecha, así como una primera entrega de un 15 o 20 por ciento de la licitación total”, pero descartó riesgo de desabasto porque dijo que todo el producto que se requiere está en bodegas.
Las dudas de las empresas farmacéuticas no sólo se refieren al cómo, dónde y cuándo deben entregar los productos o los plazos en que el gobierno federal les pagará, sino que también hay muchas interrogantes sobre su distribución.
Por ley, las empresas farmacéuticas son responsables de la calidad de sus medicamentos y productos desde que lo fabrican hasta que lo utilizan los pacientes o consumidores, pero no queda claro cómo ahora se hará cargo el gobierno federal cuando por años dicha tarea la hicieron empresas distribuidoras especializadas, con la capacidad logística, la cobertura nacional y losvehículos adecuados para hacerlo, como contar con sistemas de refrigeración, ya que las medicinas requieren mantenerse a cierta temperatura.
“Nosotros somos fabricantes y el gobierno federal ha determinado que entreguemos los medicamentos y productos en 7 lugares diferentes de la Ciudad de México, pero tenemos una preocupación. Nos indican que al momento de que entreguemos ahí se termina nuestra responsabilidad como industriales, pero eso no es cierto porque por leyes sanitarias la empresa es responsable del producto hasta que las personas lo consumen. Si por alguna razón se presenta algún problema, como que se cayeran las cajas o no se conservaran las medicinas a la temperatura correcta, no se les achaca los distribuidores sino directamente a los fabricantes”, explicó.
Otras dudas del sector, dijo, se refieren a que hay algunos medicamentos o productos que el sector salud requiere en “enormes volúmenes” por lo que resulta imposible que una sola empresa pueda abastecerlos. Como solución, comentó, llegó a plantearse que se juntaran dos o tres empresas “pero eso es imposible porque está prohibido por la Ley de Adquisiciones y la Ley Federal de Competencia Económica (LFCE)”.
También ha habido cuestionamientos a que se tratara de “una licitación internacional abierta” ya que la ley establece que primero debe realizarse a nivel nacional y luego a nivel internacional pero con países con los que México tiene tratados de libre comercio. Sólo si se agotan esas opciones, entonces el gobierno federal puede lanzar una nueva licitación internacional abierta donde se permita la participación de cualquier país y entonces sí podrían participar empresas de China e India, con los que no se tienen tratados comerciales y de donde las autoridades han sugerido que podrían obtener mejores precios.