La carrera para las elecciones presidenciales de 2020 en Estados Unidos arranca este martes, cuando Donald Trump hará oficial su intención de contender por un segundo mandato, frente a potenciales rivales como el exvicepresidente Joe Biden y los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders. ¿Pero por qué se le permite?
El sistema electoral estadunidense fija periodos de cuatro años en la Presidencia, con la posibilidad de ocupar el cargo en dos ocasiones, consecutivas o no, lo cual da margen para que Trump se postule y extienda el régimen de mano dura con el que ha remontado preferencias, al menos por su política económica.
Postularse a la Presidencia requiere cumplir requisitos constitucionales, como tener al menos 35 años de edad, ser ciudadano por nacimiento y acreditar residencia mínima de 14 años en el país.
También, registrarse ante la Comisión de Elecciones Federales y comprobar contribuciones por hasta cinco mil dólares.
Es apenas el primer paso, pues para colocarse en la Presidencia habrá que cumplir un proceso de aproximadamente año y medio, hasta obtener al menos 270 de los 538 votos del Colegio Electoral en los comicios de noviembre de 2020 y llegar a la juramentación en enero del año siguiente.
Conforme al sistema indirecto que rige en Estados Unidos, los ciudadanos acuden a las urnas el primer martes de noviembre de cada cuatro años, aunque con su voto sólo definen a los integrantes del Colegio Electoral, el órgano en el que delegados demócratas y republicanos deciden quién ocupará la Presidencia.
En los comicios de 2016, por ejemplo, la demócrata Hillary Clinton alcanzó 62 millones 521 mil 732 votos ciudadanos, el 48 por ciento de los emitidos, mientras que Trump acumuló 47 por ciento en su favor.
Sin embargo, cuando estos votos se reflejaron en los delegados asistentes al Colegio Electoral, el resultado mayoritario para la demócrata se revirtió en favor del republicano, con 306 votos en favor de Trump y solo 232 para Clinton.
Esto se explica por el reparto de los votos electorales de acuerdo con la población (conforme al Censo de 2010), que registren los 51 estados de la unión americana, de manera que les corresponden dos votos por cada senador y uno por congresista que tengan en la Cámara de Representantes.
Con su próximo anuncio, Trump sigue los tiempos electorales: la primavera previa al año de los comicios (2020) se anuncian las postulaciones de los candidatos a la Presidencia y se procede al registro ante la Comisión de Elecciones Federales.
Entre el verano y hasta la primavera siguiente los aspirantes tienen oportunidad para el debate, los miembros del partido de conocer sus programas de trabajo y cada partido de analizar perfiles de los aspirantes.
A más tardar en junio de 2020, demócratas y republicanos deben realizar sus respectivas asambleas estatales, y en elecciones primarias votar por el delegado que los representará en la convención nacional para definir a su candidato presidencial que ya debe haber nombrado compañero de fórmula hacia la vicepresidencia.
En el curso de la historia electoral estadunidense, en diversas ocasiones coincide la fecha de las asambleas partidistas en varias entidades, conformando el llamado “Supermartes”, como ocurrió el 1 de marzo de 2016 cuando 16 estados definieron delegados.