Por Nidia Marín
Todo mundo sabía de las confrontaciones entre muchos de los funcionarios del gobierno federal actual. Las ambiciones miran al futuro.
La evidente fractura está en marcha, expuesta tras las poco claras negociaciones de los aranceles y la migración en Estados Unidos.
Lo terrible es que las desavenencias hayan sido en contra de la dependencia que hasta el sexenio anterior fuera la máxima posición del gobierno de México, después de la Presidencia de la República: la Secretaría de Gobernación.
Y la crisis está en marcha, los grupos ya se colocaron los guantes y tuvieron un primer encontronazo en el Congreso, donde los Ebrardistas chocaron con los Muñozledistas, mientras el canciller asumía el control del problema migrante (¿también de la Guardia Nacional?) y dejaba chiflando en la loma a doña Olga Sánchez Cordero y al subsecretario Alejandro Encinas.
Sucedió tras la tácita acusación hecha por don Porfirio Muñoz Ledo acerca de que Ebrard había invadido facultades de la Secretaría de Gobernación “de facto”, ya que se violaba la Ley de Administración Pública.
¿Hoy preparan el segundo round?
La pregunta que muchos hacen es ¿por las pistolas de quién se pisoteó la norma?
La respuesta es: Si ya saben para qué preguntan.
Apenas en mayo, se publicó en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo por el que se reforman los lineamientos para trámites y procedimientos migratorios, en el cual de conformidad con el artículo 72 podrán obtener su condición de estancia los nacionales de Guatemala, Belice, El Salvador y de Honduras, así como las personas extranjeras que residan de manera permanente en esos países. El artículo 73 señala que la región fronteriza está conformada por Campeche, Chiapas, Tabasco, Quintana Roo y Yucatán.
¿Siempre no? Los gobernadores (incluido el de Veracruz y el de Oaxaca) ya dieron su visto bueno. ¿Y los habitantes qué dirán?
Me encantan las aves sin rumbo.
