La reducción de la calificación de Petróleos Mexicanos (Pemex) por parte de Fitch, reduciéndola de ‘BBB-‘ a ‘BB+’, con lo que pierde el grado de inversión, se enmarca en un panorama complicado para la petrolera. Pero ello no implica que las medidas impulsadas por el gobierno federal no vayan en el camino correcto, manifestó Alejandro Limón, investigador del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
“Los esfuerzos que está haciendo el gobierno federal para con Pemex van en el camino correcto y tienen una buena voluntad, principalmente por el tema de frenar el robo de combustibles, de reducir la carga fiscal, de dotarle de más recursos para producción. Tienen un buen sentido si es que realmente aumenta la producción petrolera”, explicó.
Desafortunadamente, abundó, tal como lo refirió la calificadora, esto se enmarca en una coyuntura donde Donald Trump tiene un conflicto comercial con México.
La decisión de Fitch, sumada a la de Moody’s de reducir a negativa la perspectiva de la petrolera, se dan luego de que el miércoles por la noche se reportaron utilidades.
“Hay que tomarlo con sal y pimienta, porque los estados financieros de una petrolera siempre se reportan al último de un trimestre por el hecho de la volatilidad natural del sector petrolero”, explicó Limón, pero ello no quita que el dato es positivo.
No obstante, abundó el investigador del CIEP, por ahora no es posible saber qué tan bien financieramente está Pemex –que al final del día es lo que estas firmas de origen estadunidense es lo que reportan- pero las mayores utilidades pueden estar asociadas a la reducción de la carga fiscal en algunos pozos y en mayores ingresos por venta de combustibles.