Tras cumplirse el décimo mes del inicio del último brote del virus en la República Democrática del Congo y el aumento del número de fallecidos durante las últimas semanas, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), anunció el lanzamiento de un conjunto de medidas destinadas a reforzar su respuesta y finalizar el brote de la enfermedad.
La reciente epidemia ha causado más de 1200 muertos y el riesgo de contagio, tanto a otras provincias orientales del país, así como a naciones vecinas, continúa siendo muy elevado.
Además, se ha observado que un tercio de los enfermos son niños, una mayor proporción que en los brotes anteriores del padecimiento.
La campaña de intervención conjunta del gobierno congolés, la ONU y las ONG´s, logró contener el ébola en las provincias de Ituri y Kivu del norte, pero la inseguridad y la desconfianza de las comunidades en la respuesta a la enfermedad siguen obstaculizando el acceso a las poblaciones.
Esta situación incrementa la dificultad de detectar a los enfermos y proporcionarles el tratamiento y las vacunas necesarias provocando una mayor transmisión del padecimiento.
Ante este complejo escenario, el gobierno congolés y las Naciones Unidas intensificaron su compromiso político y el apoyo a los operativos para negociar el acceso a las comunidades más afectadas por el brote de ébola.