Tan sólo de enero a abril de este año, México ha recibido 18 mil 365 solicitudes de migrantes que buscan obtener el estatus de refugiados.
En su mayoría son hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, así como pequeños grupos de nicaragüenses y cubanos, de acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar).
Para alcanzar esta condición, los solicitantes argumentan que su vida y la de sus familiares corren peligro en sus lugares de origen, debido a la violencia.
A pesar de que desde 2014 se puso en marcha el Plan Frontera Sur, que prohibía viajar sobre La Bestia, el flujo de personas nunca cesó, dice Cordero, y explica que, aunque el fenómeno migratorio no se ha detenido, volvió a los reflectores gracias a las primeras caravanas que llegaron a México el año pasado.