La violencia que impera en las dos provincias del este de República Democrática del Congo (RDC) afectadas por el ébola dificultan las labores de contención del virus. Lo que podría llevar a su propagación advierte la Organización Mundial de la Salud.
Detalló que los equipos médicos suspendieron sus actividades de respuesta al brote de la letal fiebre hemorrágica durante cinco días consecutivos, debido a los ataques y la inseguridad en algunas zonas.
En un incidente, un equipo de entierros fue atacado de forma violenta tras dar sepultura a una víctima de la enfermedad.
Estas provincias están desestabilizadas por la presencia de milicianos Mai-Mai, lo que imposibilita que los médicos viajen a algunas zonas y el aislamiento de algunos pacientes, que se quedaron en sus comunidades y contagiaron la enfermedad a otras personas.
Según la OMS, el último brote de ébola ha cobrado la vida de 1069 personas desde su inicio en agosto.