Entre las víctimas se encuentra el sacerdote que oficiaba la misa en la iglesia católica de Dablo.
Según las primeras investigaciones, hombres armados irrumpieron en el recinto religioso y comenzaron a disparar contra los fieles que intentaban huir.
Los atacantes inmovilizaron a algunos fieles disparando a quemarropa contra las víctimas.
Según autoridades de Burkina Faso, el ataque fue perpetrado por al menos 30 sujetos fuertemente armados que, incluso, incendiaron la iglesia y algunos comercios cercanos.
Desde hace cuatro años, Burkina Faso se enfrenta a ataques cada vez más sangrientos y frecuentes, atribuidos a grupos yihadistas, entre ellos Ansarul Islam, el Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes (GSIM) y la Organización Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS).