En el Frontón México, el roquero argentino Fito Páez puso en evidencia que “la música es la música porque lo único que envejece es uno”. En un íntimo y gozoso concierto el intérprete surcó los límites de la nostalgia y el amor: demostró cómo se “conectan corazones” con sus canciones.
La noche de este jueves en el inmueble cercano al Monumento a la Revolución, el cantautor ya había adelantado a sus seguidores: “tenemos una noche larga” y realizó un nostálgico recorrido por sus más de 30 años de trayectoria en la escena musical.
Páez comenzó con un riff su presentación a la que siguieron temas como Ciudad liberada, Giros y Aleluya. Enfundado en un vistoso traje verde, su peculiar estilo de voz y la ejecución con la guitarra o el piano el icono del rock emocionó a los asistentes que se sumaron con fervor a esa “máquina que es la música”.
El amor después del amor (con Mon Laferte), 11 y 6, Tumbas, Islamabad fueron otros de los temas que alegraron almas. O cómo entonó en la rola Plegaria: “La música es una oración, la música es la luz del alma”.
El Latin American Tour, Fito Páez en Mexico y su Ciudad Liberada continuará este 11 de mayo en Monterrey, luego de presentarse en Guadalajara y la Ciudad de México.