Por Jesús Michel Narváez
Originalmente la idea de tener “fiscales autónomos” en el Gobierno federal y en los estatales, tenía como razón de ser que fueron inamovibles y que los mandatarios entendieran que no eran sus empleados.
La figura se ha deformado desde el momento mismo en el que el expresidente Enrique Peña Nieto no logró que le aprobaran lo que estaba en la Constitución y que tenía como requisito para ser Fiscal General ser procurador en funciones. Sociedad Civil, el PAN, Morena –sin tener senadores respaldados por el voto ciudadano- y otros congresistas lanzaron la consigna: No al fiscal carnal.
Y comenzó el viacrucis legislativo. Peña Nieto no pudo contar con un fiscal que le cuidara las espaldas. Ese fue el argumento para no designarlo en el Senado. Después, ya se conoce la historia: el Ciudadano Presidente logró que Alejandro Gertz Manera surgiera como el primer Fiscal General de la República y lo será hasta por nueve años.
En algunos estados se imitó la postura de los opositores y en otros se construyeron consensos para nombrar a quienes estarían al frente de las Fiscalías.
Algunos de los que están en funciones fueron propuestos por los que en su momento fungían como gobernadores. Derrotados los candidatos de los entonces partidos gobernantes, los que llegaron quieren quitar a los nombrados para desempeñar los cargos por cuando menos seis años.
Veracruz es el ejemplo más notable. Jorge Winckler Ortiz, quien fuera abogado del exgobernador Miguel Ángel Yunes está en funciones desde hace 20 meses Fue el que inició la cacería para encarcelar a Javier Duarte de Ochoa y a cuando menos 8 de sus excolaboradores. Su designación tiene el alcance de inamovible.
Al perder el PAN el gobierno de Veracruz y ganarlo Cuitláhuac García, de Morena, la relación entre el fiscal y el mandatario ha sido de desencuentros constantes a grado de promover un juicio político en su contra que, extrañamente, no ha prosperado.
Y ante el fracaso de la remoción, ahora se le acusa ante la Fiscalía General de la República por supuestos nexos con el crimen organizado.
Avalado por el Ciudadano Presidente, quien declaró: “Fue un error que el gobernador pasado dejara un fiscal; antes se protegían unos a otros. Debe quedar muy claro que no somos tapaderas de nadie. Si hay una denuncia en contra de quien sea, se le va a dar curso porque no vamos a proteger a nadie; vamos a limpiar la corrupción de Veracruz”, el gobernador cree tener las facultades para remover a Winckler y por eso ordenó a sus diputados presentar la denuncia en la FGR.
¿Acaso ya entramos en la etapa de que los fiscales deben ser carnales y a modo? La violencia de Veracruz está al alza y el mandatario ha mostrado su incapacidad. ¿Llegará la paz cuando encarcelen a Winckler? Es pregunta que seguramente no tendrá respuesta.
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