Al menos 10 personas murieron y 23 más resultaron heridas por la explosión de una potente bomba cerca de un templo sufí, en la localidad paquistaní de Lahore, en el este del país.
El grupo Hizbul Ahrar, una filial de los talibanes, se atribuyó la autoría del ataque, cuyo objetivo era la policía.
En el momento del incidente había cientos de peregrinos tanto dentro como fuera del santuario donde está sepultado el conocido santo sufí Ali Hajveri.
El sufismo es una corriente mística del islam que suele incluir la veneración de santos y templos locales. Los extremistas suníes ven el sufismo con hostilidad y en el pasado atentaron contra celebraciones y templos de esta rama en todo el mundo musulmán. En Pakistán, los insurgentes perpetran ataques casi diarios contra las fuerzas de seguridad.
Entre los fallecidos había cinco policías y cinco transeúntes, confirmó la policía, la cifra de víctimas mortales podría subir debido a que varios de los heridos tienen un pronóstico crítico.
Un gran número de paquistaníes visitan el templo, que ya fue objeto de un par de ataques suicidas con docenas de muertos y heridos en 2010.