La extrema derecha entró con fuerza en el Parlamento español, al conseguir Vox hoy 24 de los 350 diputados, aunque con menos ímpetu tras las grandes expectativas generadas durante la campaña por su gran capacidad de movilización en la calle y en las redes sociales.
Al final, la formación ultraderechista logró unos dos millones 676 mil de votos, un 10.26% del total, y situarse como quinta fuerza política, con un aumento brutal respecto a los 47 mil 100 votos (0.2%) de las anteriores elecciones de 2016.
Sin embargo, el hecho de que algunas encuestas adelantaban que Vox podría acercarse a los 40 diputados y la gran asistencia a sus actos electorales, con pabellones llenos a rebosar, habían creado expectativas más altas.
Aun así, los líderes de este partido se mostraron triunfalistas y destacaron el logro que supone entrar en el Congreso con dos docenas de parlamentarios.
“Ha comenzado la reconquista”. El presidente de Vox, Santiago Abascal, calificó de “verdadero milagro” el fuerte aumento de su partido y proclamó ante sus enfervorecidos fieles que “esto es sólo el principio, Vox ha venido para quedarse”.
Abascal volvió a repetir que su partido ha comenzado la “reconquista” de España, en referencia a la larga lucha de ocho siglos contra los musulmanes durante la Edad Media. Antiguo militante del Partido Popular (PP), volvió a llamar a su antigua formación de forma despectiva “derechita cobarde” y señaló su “preocupación” por el triunfo de la izquierda a nivel nacional y anticipó que encabezarán una “resistencia nacional”.
“Tenéis que estar muy orgullosos y muy satisfechos de que habéis hecho historia”, recalcó por su parte el secretario general, Javier Ortega Smith.
Situado en la nueva ola de ultraderecha populista que ha barrido buena parte de Europa, EU e incluso Brasil, Vox se ha beneficiado especialmente de la crisis independentista de Cataluña de otoño de 2017, ante la que el anterior Gobierno presidido por Mariano Rajoy (PP) mostró mucha pasividad, según los críticos de la derecha.
Muro en África. Aunque Vox comparte con muchos partidos europeos de extrema derecha el discurso contra la inmigración, especialmente de países musulmanes o africanos, es en términos generales algo menos eurófobo y más centrado en criticar la ley de violencia de género y el feminismo, y en defender la caza y los toros.
Vox también ha imitado a Donald Trump al proponer construir un muro de hormigón inexpugnable (y pagado por la Unión Europea) en las dos ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, situadas en norte de África, para prevenir que migrantes indocumentados logren cruzar las actuales vallas fronterizas.
Hasta ahora, la única vez en que la extrema derecha estuvo presente en el Congreso de los Diputados español fue entre 1979 y 1982, con un único legislador, Blas Piñar, representante de los nostálgicos del régimen dictatorial de Franco, muerto en 1975.