El día siguiente a las elecciones generales, con un resultado favorable el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se están produciendo sorpresas imprevistas.
En primer lugar, el deseo del partido ganador de intentar un gobierno en solitario, pese a que solo cuenta con 123 escaños, 53 menos de lo que prevé la mayoría absoluta en el sistema parlamentario español.
Este deseo, expresado la mañana de este lunes en rueda de prensa por Carmen Calvo, vicepresidenta del gobierno en funciones, ha generado extrañeza entre los votantes de izquierda.
Durante los últimos diez meses, el PSOE ha mantenido un gobierno en solitario, débil, que se tuvo que disolver por no contar con apoyos parlamentarios suficientes para sacar adelante la propuesta socialista de presupuestos generales.
Reeditar un gobierno semejante frustra las expectativas del electorado de izquierda, repartido fundamentalmente entre los votos al PSOE y a Unidas Podemos, partido progresista liderado por Pablo Iglesias, que ayer mismo,se ofreció como socio para un hipotético gobierno de izquierdas en España.
Sin embargo, parece que no pasa por los planes de Pedro Sánchez, líder del PSOE y presidente del gobierno en funciones, pactar con Iglesias. Permanece abierta la herida del pasado, cuando Iglesias exigió en un tono algo prepotente dirigir los ministerios fundamentales del gobierno español como condición para apoyar un gobierno de coalición con los socialistas, en 2016.
Así las cosas, se prevé una tensa polémica en los próximos días en España.
El otro partido que aspira a una sociedad política con el PSOE es Ciudadanos, cuyo líder, el catalán Albert Rivera, ha mostrado una actitud hostil hacia Pedro Sánchez durante la campaña electoral.
Este partido, situado en el espectro de derecha, pese a sus intentos de parecer como una formación de centro, ha cosechado un éxito, con 57 diputados, que podría poner a disposición del PSOE para formar rápidamente un gobierno de coalición.
Algunos miembros del PSOE ya han advertido seriamente a la dirección del partido que si finalmente esa hipotética coalición con Ciudadanos se llevara a cabo, significaría una traición clara al electorado de izquierda.