El crecimiento de la economía mexicana rondará el 2.0 por ciento, apoyado en gran parte por el impulso que se dará al sureste del país, aseguró el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, al afirmar que el futuro cercano de Pemex es brillante y ya muestra avances significativos.
Durante su visita a Washington en el marco de la reunión de Primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, el funcionario federal destacó su preocupación por la baja en la economía global que impactará el desempeño del país.
“Todavía estamos pensando que nuestro crecimiento económico será de 2.0 por ciento, más o menos; nosotros cambiamos el intervalo de 1.1 a 2.1 por ciento porque nosotros queremos estar en línea con el pronóstico del Banco de México, somos muy respetuosos del banco central”, dijo durante una plática organizada por Diálogo Interamericano.
El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) señaló que ante la falta de recursos que tiene el gobierno federal, se requiere una mayor inversión privada en las grandes obras que impulsará el gobierno mexicano, entre ellas el Tren Maya, que calificó como el proyecto más ambicioso, y el corredor interoceánico en el Istmo.
Respecto al apoyo a Petróleos Mexicanos (Pemex), Urzúa Macías comentó que los resultados que tiene la petrolera ya son sorprendentes, porque además de que ya se logró detener la baja en la producción de petróleo, ya hubo un ligero crecimiento; hoy la producción ya es de 1.7 millones de barriles diarios de crudo.
Asimismo, abundó, de 2016 a 2018 no hubo campos nuevos, mientras que este año, “Pemex espera tener 20 nuevos campos”, algunos de ellos con petróleo de calidad, por lo que aseguró que “el futuro cercano de Pemex es en realidad bastante brillante”.
Subrayó que el combate al robo de gasolina ayuda a reducir el crimen, pero también le genera un flujo nuevo a la empresa del orden de 30 mil millones de pesos, y aunque aseguró que muchas personas consideran que el apoyo de Hacienda a la petrolera no tiene sentido y no funcionará, “nosotros pensamos que va a funcionar”.
Consideró que el principal problema de la empresa es la sobregrabación de impuestos por parte del gobierno federal, pues “ordeñamos la vaca hasta que casi muere”, ante lo cual se está buscando reducir esa carga impositiva de la empresa, aunque esto tomará tiempo porque no se puede hacer una disminución significativa de un momento a otro sin afectar las finanzas públicas.
Aseguró que Pemex ya logró reducir los costos administrativos y combatir el robo de combustible sin tener que acudir a los mercados; sin embargo, tiene que refinanciar alrededor de 6.4 mil millones de dólares este año, “los dejaremos solos ir al mercado, va a ser muy costoso, tienen que estar disponibles para hacerlo, pero será muy caro”.
No obstante, la alternativa será usar recursos del Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios, el cual se busca reformar para que se utilice como elemento contracíclico y esté en línea con los fondos de estabilización del mundo.