En el quinto domingo de cuaresma, el papa Francisco recordó a los fieles católicos que Jesús no vino al mundo para juzgar y condenar, sino para salvar y ofrecer a las personas una nueva vida.
Durante el rezo del Ángelus desde el Palacio Apostólico de la Santa Sede, el Pontífice reflexionó sobre el pasaje del evangelio que narra el episodio de la mujer adúltera que es presentada por escribas y fariseos a Jesús para que la juzgue, resaltando que todos “estamos llamados a reconocernos como pecadores y a pedir perdón a Dios.
Explicó que este pasaje “nos invita a ser conscientes de que somos pecadores, y a soltar de las manos las piedras de la denigración, la condena y del chismorreo, que a veces queremos lanzar contra los otros”.
El papa Francisco afirmó que en este tiempo de Cuaresma, estamos llamados a reconocernos como pecadores y a pedir perdón a Dios.